Capítulo 27

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27.

El domingo cuando volvieron a Beacon Hills después de aquel fin de semana tan maravilloso, recogieron a Claudia de casa de su madre después de una merienda tranquila con ambos. Le contaron la noticia, y tras las pertinentes felicitaciones y alguna que otra lágrima al pedirle a Allison que fuera la testigo de la boda, volvieron a su casa.

La niña aún no sabía nada, querían darle la noticia en casa, por lo que se lo contaron en tremendo secretismo a la pareja. Prepararon la cena favorita de Claudia, por si la niña se lo tomaba a mal, y se sentaron los tres a comer en silencio.

—¿Qué has hecho en el fin de semana, cariño? —preguntó Derek partiendo su trozo de filete.

—Pues he jugado con Scott a los fuertes, porque mamá estaba terminando una cosa del trabajo —se quejó ella—, aunque luego vimos pelis los tres.

—¿Te lo has pasado bien? —preguntó Stiles masticando lentamente.

—¡Sí! Pero os eché de menos —comentó Claudia distraídamente—. ¿Dónde fuisteis?

—Pues estuvimos en un sitio al que irás en verano —explicó el castaño, y miró fugazmente a Derek, que sonreía ampliamente—, si quieres, claro. Es donde nos conocimos tu padre y yo.

—¿Dónde? ¿Allí habéis ido?

—Sí, y en verano es un campamento muy guay, fuimos con tu edad y la de Alan y luego trabajé en él durante varios años —dijo Derek sonriendo—, hasta que volvió Stiles y trabajamos juntos.

—¿Y ahí os enamorasteis?

—Yo llevaba mucho enamorado de él —admitió el moreno mirando al otro, que se sonrojó violentamente—. Pero cuando volví a verlo ya lo confirmé.

—Basta, por favor. Me muero de vergüenza Derek —rio Stiles.

—Te queremos contar una cosa, Claudia. ¿Prometes no decirle aún nada a nadie? —pidió su padre con seriedad. Ella asintió solemnemente y lo miró con atención.

—¡Claro! Prometido, papi.

—Stiles y yo nos vamos a casar.

La niña se quedó unos segundos observando a su padre, y luego miró al castaño, que estaba tremendamente rojo. Su sonrisa se fue extendiendo por el rostro y dio una palmada, para luego tirarse literalmente encima de Derek, ahogándolo con un abrazo.

—¡AYYYYYY! —gritó ella dando saltitos—. ¿Puedo llevar los anillos, como en las películas? ¿Puedo, puedo?

—¿Qué? ¡Claro que sí! —rio el padre, y ella se abrazó al cuello de Stiles, apretándolo contra ella.

—¿Y cuándo os casaréis? —preguntó con curiosidad.

—Pues... —La pareja se miró confundida, sin saber cuándo sería.

—¿Os casaréis en el campamento donde os hicisteis novios? —inquirió ella sentándose de nuevo en su silla y continuando su cena.

—Oye, pues es buena idea —repuso Stiles mirándola asombras.

—Sí, tengo que hablar con los del campamento, pero yo creo que podremos casarnos allí...

—Y cuando os den el permiso os casáis lo más pronto que podáis, antes de mi cumple... y así tengo como regalo dos papis —dijo ella contenta.

—Su cumpleaños es en mayo —respondió Derek a la pregunta no formulada de su prometido.

—Oh, vale. Pues nos casaremos antes de tu cumpleaños —sentenció el castaño con una sonrisa.

Titan #2: Until thenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora