6.
Avisados todos los pacientes tanto de Deaton como de Stiles, empezaron a atender en la casa del castaño. Los niños estaban encantados con tanto espacio para jugar, y la sala de espera, al ser más amplia, parecía más alegre que la que había en la anterior consulta.
Entremedio de su horario de citas llamó a la asistente social para que matriculara a Alan en el colegio, ya que el niño en ese momento estaba con una niñera en el centro comercial.
Cuando colgó miró su agenda vio que tenía consulta con Claudia Hale y se encogió el corazón de anticipación. Los miércoles no sabía si serían sus nuevos días favoritos o los más odiados. Aún no lo había decidido del todo.
Se escabulló a la cocina para prepararse un sándwich y mientras masticaba con parsimonia vio aparcar un coche en la acera de enfrente, y cuando vio salir a Derek de éste casi se atraganta. Lo observó en la distancia, llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta gris con una sudadera negra. Apretó los labios porque así de informal le hacía ponerse más nervioso de lo sexy que estaba.
Se acercaron a la casa, el moreno cogiendo de la mano a Claudia, que daba saltitos hasta la puerta. Escuchó el timbre y se adelantó antes de que la secretaria abriera, dejando el sándwich a medias. Abrió la puerta.
—Hola —saludó el castaño con una pequeña sonrisa. Miró a Claudia y luego a Derek como embobado.
—Hola... —dijo el moreno con la misma cara de idiota.
—¿Qué tal Claudia? —Se había propuesto no pagar con la niña el posible rencor que pudiera tenerle a Derek por haberse acostado con Allison, aunque era algo improbable: la niña era demasiado adorable, y que se llamara como su madre le hacía sonreír como un tonto.
—¡Me van a cambiar de cole! —comentó entusiasmada pasando a la sala de espera—. Y es muy chuli, porque hay jardines y ordenadores y muchos juegos en las clases. —Se puso a jugar con una casita de muñecas, donde empezó a meter unos cuantos dinosaurios. Stiles miró a Derek enarcando una ceja.
—Su psicólogo nos recomendó adecuar su educación con su inteligencia, así que la vamos a apuntar a ése.
—Me alegro que sigáis mis consejos —rio—. Aún me quedan diez minutos de almuerzo, ¿te importa que termine?
—Para nada. ¿Me das un vaso de agua? —pidió. Stiles lo miró con una ceja levantada, y el moreno sonrió por toda respuesta.
—Está bien.
Le sirvió el vaso y él siguió comiendo su sándwich observando con disimulo (o eso pretendía) el aspecto de Derek después de aquellos años. Tenía la barba más cerrada, siempre le decía que le daba pereza afeitarse... tenía las arrugas que tenía su tío en los ojos de sonreír con frecuencia, algo que hacía que su pecho saltara de pura alegría por sentir que había podido ser feliz sin él. No había renunciado a su peinado de siempre, y se alegró que la genética le hiciera conservar el pelo porque le encantaba agarrarse a él cuando...
Casi se atraganta por el hilo de sus pensamientos, y Derek lo miró extrañado. Hizo un gesto distraído y siguió mirándolo sin ser descubierto. Gracias a que era profesor de educación física (o eso creía recordar) mantenía ese cuerpo fibroso e incluso más fuerte que la última vez que lo vio. La camiseta se pegaba lo justo y necesario para que no pudiera dejar de mirarle el estómago marcado. E incluso con sudadera se le notaban los bíceps.
—Stiles, me estás poniendo nervioso, ¿qué miras con esa cara?
—Nada, nada. —Carraspeó y se terminó el sándwich. Bebió de su vaso y recogió las cosas, dejándolas en el fregadero—. Bueno... voy con Claudia. ¿Debo saber algo en especial? ¿Tiene miedo a algo o cualquier cosa que la pueda incomodar en el colegio nuevo?
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Titan #2: Until then
Romance▶Parte 2 de 2 finalizada◀ Ganadora de #NCAWARDS de la categoría Favorita de los fans (¡Gracias!) Nueve años han pasado, y Stiles Stilinski se debe enfrentar a su pasado. Tiene que vivir en una casa donde sufrió las mayores pesadillas que un niño pod...