Capítulo 26

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26.

Llevaban varios minutos abrazándose en los colchones del suelo distraídos. No pensaban en nada en particular. Stiles no dejaba de acariciar distraídamente el anillo de su dedo anular, con una sonrisa tonta. Derek le daba besos en el pelo de vez en cuando, divirtiéndose al ver lo que disfrutaba su novio al ver lo que le había regalado.

—En serio... a este paso lo vas a gastar —murmuró el moreno con una risa. El otro lo miró frunciendo el ceño, divertido.

—Me hace ilusión esto, ¿vale? Déjame mirarlo cuanto quiera.

—¿Te lo esperabas?

—No, la verdad —comentó sonriendo—. Osea, el detalle del lago me ha dejado sin habla, pero... ¿tanto? Creía que sólo era uno de los muchísimos gestos románticos que tienes conmigo y que yo no tengo —dijo acariciándole el pecho por encima de la camiseta—. Pero ha sido precioso. Jamás... no sé, jamás habría pensado que querrías casarte conmigo.

Derek puso los ojos en blanco exageradamente y rio, inclinándose para besarlo con lentitud. Suspiró contra la boca de Stiles y lo miró desde cerca, disfrutando de los lunares que tenía repartidos por su rostro y cuello.

—Ya te he dicho que eres el hombre de mi vida, muchas veces. La duda ofende. —El castaño soltó una risa apretándolo un poco más.

—Es que... no sé, es demasiado bonito, ¿sabes? El hecho de que... bueno, llevas siendo mi primer amor desde los dieciséis, aunque me llevé pensando en ti desde los ocho... me dabas fuerza sin ni siquiera saber si era amor o era una amistad fuerte, y luego en el campamento... es que no sabes ahora mismo lo rápido que está yendo mi mente —rio entre dientes—, tengo que ordenar ideas. Te volví a ver y joder, eras guapísimo... y bueno, lo sigues siendo, yo creo que más. Esa barba tan cerrada me pierde —murmuró mordiéndole levemente en la mejilla—. Y fue tan inolvidable todo eso... cuando me besaste en el pueblo, y todas las noches que nos pasamos más calientes que el capó de un coche en verano... —Derek rio ante aquel comentario—. Y puf, nuestra primera vez, y nuestra segunda...

—Y la tercera y todas —bromeó el moreno.

—Sobra decirlo, claro. —Stiles se incorporó y apoyó la barbilla en el pecho del otro—. Me ayudaste tanto, Derek... no sabes cuánto. A pesar del parón que tuvimos, incluso te quiero más de lo que te quería entonces. Han cambiado muchas cosas, y me encanta vivirlas todas contigo.

—¿A pesar del drama?

—Yo creo que hemos tenido suficiente drama para toda una vida, ¿sabes? —dijo el castaño escalando un poco por su cuerpo para encontrarse con los labios de su prometido.

Fue un beso lento, pausado, disfrutando del contacto de su boca contra la de Derek, memorizando una vez más los besos que se daban. Las manos Stiles fueron subiendo poco a poco, recorriendo lentamente su pecho hasta llegar a su cuello, y finalmente se enredaron en el pelo del mayor.

Jadeó levemente cuando el beso cobró velocidad, haciendo que Stiles se incorporara un poco para tener su rostro sobre el del otro, sin separarse de él. Una de las manos de Derek se afianzó en su nuca, haciendo que su beso se profundizara, y con la otra le instó para que se colocara encima de él a horcajadas.

Las respiraciones se fueron haciendo más entrecortadas a medida que las manos se movían sobre sus cuerpos y reclamaban tocar más piel. Las de Derek se colaron por debajo de la camiseta de Stiles, ardiendo contra su cuerpo, abarcando los costados del cuerpo del castaño, teniendo la necesidad de cubrirlo de besos sin cansarse.

Stiles gimió casi sin querer, mordiéndose el labio levemente y separándose un poco de la cara de su prometido. Lo miró sonriente.

—No podemos ni tener un rato romántico, ¿eh?

Titan #2: Until thenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora