Capítulo 14

414 45 2
                                    

Ocho. Nueve. Diez enemigos.

Llevo exactamente tres más que Zed, lo suficiente para que este se lo tome como una competición.

Caen fácilmente, cosa que me sorprende por la facilidad con la que nos atraparon la otra vez. No. Algo es distinto. Además de que ahora Zed no se comporta como una colegiala tsundere, claro. Pese a que parece poder luchar en condiciones, no puedo evitar girar de vez en cuando mi vista hacia él; me preocupa. Si fuese cualquier miembro de la Kinkou sé que podría confiar en él pero, ¿Zed? No me avisaría aunque se estuviese desangrando en el suelo, es demasiado orgulloso para ello.

La cosa parece ir todo lo bien que podría ir, hasta que choco con algo. El peliblanco y yo estamos ahora espalda contra espalda. Ni siquiera le he mirado, pero sé de sobra que es él. Estamos rodeados. 

-¿Tienes ahora algún plan mejor que el anterior?

Sí, definitivamente es él. Ni siquiera me da tiempo a contestarle.

-Oh, espera, yo tengo uno. Agacharnos.

-¿Agach...?

No me da tiempo a hacer tal cosa, pues un montón de objetos punzantes variados han pasado sobre mis hombros. Realmente me siento la persona más afortunada del mundo cuando todo lo que he recibido ha sido una daga en el brazo izquierdo. Por lo demás, nada peor que arañazos, aunque algunos de estos han logrado romper mi máscara, por lo que me decido a simplemente quitármela.

Miro de reojo hacia atrás, lo suficiente para ver cómo el contrario se levanta.

-Yo he seguido tu plan, ¿tanto te costaba seguir el mío?

-¿No podías tú contármelo un poco antes?

Los enemigos no nos atacan. No sé si están confusos o simplemente disfrutan del espectáculo. Es entonces cuando parece que Zed quiere decir algo, pero está dudando.

-Oye, Shen. ¿Cuánto tiempo he pasado inconsciente exactamente?

La única luz. [Pendiente de Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora