Capítulo 21

263 33 5
                                    

Hemos fallado. Tras un rato más que largo intentando dar con aquel al que buscábamos, hemos fallado. No hay rastro de él por ningún lado, ni una sola de sus flechas ha rozado el campo de batalla. Entonces, ¿a qué se referían? Alguna gente decía que alguien peligroso había vuelto con una temible arma anclada a él, ¿de quién se trataba si no era de Varus? Puedo sentir cómo Shen me juzga con la mirada, se pregunta cómo puedo permitirme equivocarme en una situación así, lo sé. Estoy a punto de decirle algo por esto mismo cuando uno de aquellos extraños seres aparece tras él, lo que me hace reaccionar rápidamente antes de que le haga daño. El otro parece haberse quedado en blanco, ¿cómo es posible que ninguno de los dos lo hubiese notado hasta entonces? En cuanto dicho enemigo cae, algunos más comienzan a rodearnos. Son bastantes, no estoy muy seguro de si podremos salir en condiciones de esto, pero no me queda otra que luchar, por lo que preparo mis armas. El sonido del metal al ser rozado cuando hago esto parece llamar la atención de los rivales, que se preparan para nuestros ataques. No puedo evitar mirar a Shen, hay algo en él que me preocupa.

No. Todo en él me preocupa. En realidad, no tengo idea alguna de qué puede estar sintiendo ahora mismo. Pero no es momento de pensar en ello.

- Hay que ir con todo lo que tenemos.

Añade él, aunque más que para recordármelo a mí, es para sí mismo. ¿Acaso se siente débil? ¿En ningún momento pensó que podría haber algo ahí fuera que le costaría manejar? Le respondo con un pequeño soplido, que poco debe de escucharse en una situación así, y un par de murmullos.

- Si te atreves a morir, yo mismo te traeré de vuelta para matarte de nuevo.

Se ha echado a reír. Por lo bajo, claro, no está acostumbrado a ello, pero se ríe. Sin dar respuesta alguna, en cuanto ha conseguido centrarse, se lanza contra los enemigos. Yo hago lo mismo, por supuesto. No voy a dejarlo luchando solo.

Pero pasan los minutos y nada parece cambiar excepto nosotros. Cada vez que unos caen, otros aparecen; no somos lo suficientemente rápidos, al parecer. Voy hacia Shen, evadiendo a los enemigos como puedo. A mí me molesta más que a nadie, pero tenemos que retirarnos de aquí, ninguno de los dos está en condiciones para soportar tal pelea por mucho más rato. Pero, cuando logro alcanzarle, un montón de ellos se lanzan contra nosotros. Por mucho que ambos reaccionemos ahora, no podremos salir en condiciones del ataque. Agarro a Shen con fuerza dispuesto a intentar hacer algo que nunca antes he probado; arrastrar a alguien a través de las sombras. Este no parece entenderlo, lo último que ha hecho antes del ataque es mirarme con una notable confusión en su rostro. 

Allá van. Van a acabar con nosotros. No soy capaz de moverme y, mucho menos, de llevarle a él conmigo. Cierro los ojos con fuerza antes de dejar escapar un grito, en gran parte por la rabia que me causa esto, me siento inútil. Pero por lo menos caeremos juntos, igual que empezamos.

Pero, para mi sorpresa, sí alcanzo a abrir los ojos de nuevo, sin haber sentido un solo golpe. Al abrirlos, logro comprender el por qué. Me separo un poco de Shen, intentando recuperar cierta seriedad, mientras él mira fijamente al chico frente a nosotros, cuya arma le está mirando de vuelta. Puedo notar cómo se ha tensado por completo, pero el tercero no hace más que examinar a los enemigos caídos, como si intentase identificar su origen. Por eso mismo opto por llamarle la atención.

- Llegas tarde, Kayn.

Este se gira al momento, no parece haberse dado cuenta de que era yo hasta que ha oído mi voz, probablemente por la ausencia se mi ropa habitual. Parece tomarle unos segundos procesar el que seamos Shen y yo juntos los que estamos frente a él, juntos, pero justo después opta por arrodillarse. Quizá algo demasiado formal para la situación.

- ¡Maestro Zed! ¡Siento mi error, no pensé que fuese necesaria mi ayuda!

- Levántate, anda. ¿Dónde está el resto?

Mientras una conversación comienza, Shen se aleja de nosotros sin preguntar nada. No demasiado, tan solo parece asegurarse de que no hay más enemigos cerca. Pero esto cambia en cuanto escucha las siguientes palabras del joven frente a mí, las cuales logran sorprenderme a mí también.

"Sé cómo parar esto". ¿Es cierto? ¿Podemos acabar con este desastre?

La única luz. [Pendiente de Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora