Capítulo 19

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Entramos ahora en lo que viene siendo mi querida Orden de las Sombras. Sin embargo, ni uno de mis seguidores se ha mantenido aquí durante el ataque. Aun así estoy seguro de que él seguirá aquí. Avanzo por mi propio pie pese a lo increíblemente doloroso que me resulta, pues Shen ha pasado a cargar a Kennen minutos atrás, y no me resultaría agradable que fuese la canija la que me llevase.

Nos encontramos en la sala más grande de todas cuando oímos algo romperse. ¿Es posible que el enemigo haya llegado también hasta aquí? Tanto Shen como Akali deben de estar pensando exactamente eso, pues ambos se han puesto en modo de alerta de repente. Sin embargo, no es un enemigo lo que ha producido el ruido, sino un borracho.

-Eso vas a pagarlo tú, peloescoba.

-¿Huh? Pensaba que ya habrías muerto.

Como de costumbre, los que me acompañan no tardan mucho en reconocer la voz de aquel que se dedica a vaciarme la despensa. Una voz que logra ruborizar a Akali y, si no fuese porque lleva el rostro cubierto, juraría que también a Shen. El jonio se muestra finalmente, lo que causa una curiosa segunda reacción en los de la Kinkou. Están más erizados que un gato tras meter la pata en un enchufe, cosa que parece ser recíproca.

-Bueno, os presento, él es...

-Un criminal.

-Ninjas.

-Genial, ya os conocéis. Ahora me largo a ver si me muero ya o qué hago.

La tensión entre ambos bandos en tan increíblemente grande que ni siquiera prestan atención a mi último comentario. Quizá no ha sido buena idea traerles aquí sabiendo que probablemente estaría Yasuo. No, definitivamente no ha sido buena idea, y es exactamente eso lo que me ha llevado a guiarles hasta aquí. Ante la enorme posibilidad de que Shen no vaya a hacerme ni puñetero caso cuando le hablo, termino por lanzarle una pequeña piedra que había quedado entre mi ropa, golpeando casualmente su hombro herido.

Casualmente.

-Trae a Kennen, anda.

Este tarda unos segundos en reaccionar, pero finalmente accede a seguirme.

-Y vosotros dos procurad no mataros el uno al otro en mi ausencia. Gracias.

Acompañado del pelirrojo y el yordle, avanzo hasta una de las habitaciones del enorme lugar, en la cual hay una cama. Hago un gesto a Shen para que deje al menor en esta, y así lo hace. Tras una aburrida e innecesaria conversación sobre la seguridad del yordle me dirijo a la puerta para salir, pero este me agarra el brazo.

-No vas a volver ahí fuera. Estás mucho peor que él.

-¿Estás de broma? Yo estoy perfectamente.

Justo al decir esto hago un, también innecesario, gesto que me lleva a un grito de dolor.

-Te quedas aquí.

-Y yo me aseguraré de ello. -Comenta Yasuo desde el pasillo.

Shen resopla, abriendo después la puerta, acto que lleva a Yasuo y Akali a caer al suelo. Me llevo una mano al rostro y bufo, aunque realmente me esperaba algo así.

-Oye, Yasuo, no te ofendas, pero...

En ese momento, el contrario asume que voy a ofenderle.

-Pero preferiría salir y que me metiesen un tiro a menos de medio metro en la herida antes que tenerte a ti para defenderme.

El pelirrojo asiente, a la par que Yasuo pone cara de ofendido.

-Ya estamos echando mierda. Uno no puede equivocarse en la vida.

-Bueno, la otra vez no te fue muy bien. -Comenta Akali.

-Eso fue por...

-No me apetece que mates a la carga inútil ahora que ha pasado a ser útil. -Añade Shen.

-RECIBIDO. QUE SE DEFIENDAN ELLOS SOLOS. -Y el jonio sale de la habitación y se aleja por el pasillo, refunfuñado a la par que saca su botella de alcohol.- Puñeteros ninjas...

- ... ¿Creéis que le habrá molestado?

La única luz. [Pendiente de Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora