Prologo

3.6K 227 54
                                    

Era un día de verano por la tarde en la ciudad de Tokyo. En un pequeño parque, mientras que los niños jugaban a perseguirse o con la pelota, un niño, de pelo pelirrojo y algo alborotado estaba alejado de los demás, con una pequeña consola DS, de la cual no apartaba la vista, moviendo los dedos con gran rapidez. De vez en cuando levantaba la cabeza para mirar a aquellos niños jugar, sin ninguna curiosidad ni envidia

-¿Quién prefiere salir a jugar cuando toda la diversión la tengo aquí? – pensó para sí mismo, pues si estaba ahí era porque su madre le había obligado a salir a jugar, y no estar todo el día encerrado en casa jugando con la consola, pero ella no notó que se metió la consola al bolsillo.

De pronto, noto como alguien le hacía sombra, impidiéndole ver bien la pantalla.

-Oye, no me dejas... - al levantar la vista para ver quien había sido el que la había molestado, vio ante él a una pequeña, de pelo verde muy claro, con brillos casi blancos por el sol, y unos ojos de tonos purpura y rosados.

No pude evitar sonrojarse al ver la sonrisa tan tierna de aquella niñita que tendría más o menos su edad, y por ese momento olvido completamente su partida que ya había perdido debido a su falta de concentración en el juego.

-Hola, ¿a qué estás jugando? – le dijo la niña agrandando más su sonrisa

-Eeeh... a...a... pokemon.... – contesto a duras el pequeño pelirrojo

-¿¡Te gusta pokemon!? ¡A mí también! – La niña saco de una pequeña bolsa que llevaba una consola DS igual a la de él - ¿Te gustaría que jugáramos juntos? Podemos intercambiarnos los pokemon y luchar entre nosotros

-Cla-claro

La niña se sentó a su lado, y al pelirrojo le costó un poco volver a concretarse en el juego, al tener a aquella pequeña pegada a él, pero pronto ambos se metieron de lleno en sus partidas y combate tras combate entre ellos probando varios pokemon, la diversión iba a más. La pequeña se reía ante los berrinches que hacia él cada vez que perdía, y cuando ella perdía solo soltaba un suspiro de decepción mientras él se exaltaba con locura. Por primera vez, disfruto de los juegos en compañía de alguien más, y eso le agrado mucho, ya que siempre era aburrido jugar contra "novatos" como llamaba a prácticamente todo el mundo que jugaba contra él, o contra la máquina, además de ser la primera vez que perdía contra alguien.

Así pasaron casi toda la tarde hasta que la falta de luz solar hizo que se dieran cuenta de la hora que era.

-Tengo que irme a casa ya – dijo ella levantándose y limpiándose el vestido veraniego que llevaba – ¡Ha sido muy divertido! ¿Nos vemos mañana para seguir jugando?

-¡Claro! – contesto jovial el pequeño pelirrojo

-¡Entonces hasta mañana!

La pequeña se fue despidiendo diciéndole adiós con la mano, mientras el hacía lo mismo cuando este cayo en la cuenta

-¡Espera, no me has dicho tu nombre! – Le grito antes de que ella se fuera del parque - ¡Me llamo Sora!

-¡Yo soy....!

.....

Sora abrió los ojos, viendo el techo de la habitación. Se sentó en la cama algo desconcertado por un momento, sin saber dónde estaba hasta que vio a su alrededor. Era la habitación que se habían preparado él y Shiro en el palacio de Elukia, debido a que no les gustaba la habitación del rey, la cual era su habitación en realidad.

La razón de ese momento de confusión, era que el sueño que acaba de tener se veía tan real que pensó que realmente lo estaba viviendo. Notó a Shiro que se retorcía un poco y se daba la vuelta hacia su lado.

Sora sonrió al ver la cara tan tierna de su hermanita pequeña cuando dormía y le acaricio el pelo. Al hacerlo, de nuevo pudo ver en su mente a aquella niña con la que había soñado tan solo un momento.

-Qué raro... ¿Por qué habré soñado con ella después de tanto tiempo? – se dijo para sí mismo

Miro por la ventana, la cual no dejaba entrar la luz del sol, salvo por una pequeña esquina donde solo dejaba asomar un leve rayo de luz

-Nozomi...

Q'

No Game no Life: Saigo no NegaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora