Capítulo XLII

7.6K 479 41
                                    

Después del sueño, que casi mata a Jason, me di cuenta que probablemente no podría cumplir con la promesa que me hice a mí misma sobre no marcharme hasta que Percy y Anee estén de vuelta a salvo. Como dije, no será posible, el campamento ya estaba en peligro inminente. Si Reyna no está controlando a Octavian probablemente el encontrara la forma de convencer a los romanos para atacar mi amado campamento.

Tal vez, así era como debía ser, tal vez yo no debía estar presente a la hora de estar frente a las puertas de la muerte. Pero era claro que mi presencia era más necesaria de mediadora entre griegos y romanos que aquí. Ese era mi verdadero trabajo.

Un ruido sordo interrumpió mis pensamientos.

Nico y Jason se materializaban entre las sombras. En cuanto ellos se terminaron de materializar todos se acercaron para ver si necesitaban ayuda pues Nico parecía molido y Jason no era tan diferente, pero me sorprendió ver a Jason haciendo retroceder al grupo para dejar respirar a Nico, pero este se encargó de hacerse una ruta de evacuación y huir a todo el mundo. Incluso evadió la mano de Hazel, esta pareció levemente herida pero no lo dejo ver.

Me acerque a Jason que se encaminaba a sentarse e hizo aparecer un vaso de agua en un vaso del campamento.

- ¿Algo fue mal? -pregunto Hazel. Jason se veía dudoso pero negó.

-No -dijo tajante-. Tenemos el cetro.

-Entonces ¿Por qué Nico llego huyendo? -pregunto Frank. Jason le miro serio.

-Chicos, algunas cosas es mejor dejarlas en el lugar que ocurrieron, al menos por ahora -les respondió. La mayoría entendió que no debía preguntar y el resto se dedicó a seguir con sus asuntos.

Pero yo conocía demasiado a Nico como para saber que cuando él quería estar solo era cuando menos lo debía estar.

Me encamine hasta la mea y tome un platillo lleno de uvas verdes, sabía que eran las favoritas de Di Angelo. Iría con el pretexto de llamarle a cenar.

No fue difícil hallarlo en el barco pero si me sorprendió hallarle mirando a las estrellas, no era común ese comportamiento aunque no podía culparlo, a mí me daba paz y tranquilidad una noche estrellada y despejada

- ¿Vienes a cenar? -pregunte inocentemente sin malas intenciones. Pero Nico dio un brinco, por primera vez había logrado asustarlo y sin intentarlo- ¿Qué tan mal tienes la conciencia? -pregunte con una sonrisa. Nico me hizo una mueca.

-Tal vez mas tarde -dijo dando respuesta a mi primera pregunta. Asentí.

-Aunque sea come estas uvas, no despreciaras mis uvas ¿verdad? -pregunte en un puchero. Nico gruño pero las tomo y se metió una a la boca sin dejar de mirarme como diciendo: "¿Esto es suficiente para ti?" Pero después dejo el platillo en la barrilla del costado del barco (ósea la pared de la orilla, eso XD)

-No tengo ganas de hablar ahora, May -me dijo soltando el aire retenido.

-No tenemos que hablar, podemos simplemente estar en silencio -dije cruzando mis manos detrás de mí, es un tipo de lenguaje corporal que da confianza a la otra persona, si, leo sobre cosas estúpidas. Pero tal vez debió funcionar pues Nico no dijo nada más del tema y siguió mirando a las estrellas.

Aunque después de un rato rompió el silencio.

- ¿Sabías que Apolo tenia... ah... uhm... un romance con un mortal llamado Jacinto? -pregunto de repente con un fuerte nerviosismo. Lo mire. Estaba algo sorprendida por ser tan directo.

-Sí, lo sabía -le respondí.

- ¿Y qué piensas de ello? -pregunto nervioso pero tratando de esconderlo.

Hija de Mar y Tierra |ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora