Se espera cualquier cosa en un viaje de mochileros, eso es lo que Hilary pensaba al menos. Pero la vuelta a casa a veces cansa y que mejor que pedir un pequeño aventón, lo que no esperaba es que aquel chico llamara tanto su atención.
Ya se estaba preparando para su "salida amistosa" con Liam. Había estado solo media hora con un libro que ya había leído mas de una vez y era uno de sus favoritos.
Se había ido al cuarto para poder ducharse, ya que era una chica que le gustaba bañarse antes de salir a cualquier lugar.
Una vez que salió del baño se acercó a la cama y tomó aquel precioso vestido con escote corazón y una cinta en la cintura que había comprado en México. Le gustaba mucho vestirse bien, por lo que siempre llevaba ropa linda en su mochila (por poco y no llevaba dos, pero tuvo que dejar bastante ropa en su casa).
Agradeció mentalmente a su madre por haberle regalado esos hermosos zapatos negros con taco aguja para poder combinar. Decidió atar su cabello en una media cola y se puso un broche con forma de moño animal print, que combinaba también con su bolso, pintó sus labios de un rojo brillante y luego se puso un par de cosas para poder verse bien (aros, pulseras, etc).
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Y para entonces ya estaba lista, solo faltaba esperar. Dejó su mochila a mano, para no tener que preparar las cosas a último momento y así poder irse rápidamente ni bien llegara al hotel.Una vez terminado, encendió el televisor y esperó a que Liam llegara.
El no había tardado mucho en llegar. Abrió la puerta rápidamente y la miró de pies a cabeza.
--Te ves muy bien.--dijo y sonrió.
Ella solo asintió con la cabeza, como un agradecimiento por el cumplido.
--¿Nos vamos?-- habló el nuevamente, haciéndose paso en la puerta para dejarla pasar.
--Claro-- respondió sonriente, tomó un sencillo saco negro y salió.
(...)
Habían pasado un día muy divertido. Primero fueron a un pequeño parque de diversiones que había en el centro, un lugar bastante anticuado pero aún así pintoresco y lleno de personas felices de estar en ese lugar.
Luego de ambos gastar mucho dinero, además que ya estaba por anochecer y Hilary tenía que tomar el autobús en un par de horas, decidieron ir a algún restaurante que hubiera por la zona. Caminaron bastante cuando lograron encontrar uno, era algo sencillo, apenas se podía notar el lugar. Si no fuera por el simple cartel blanco en el techo que anunciaba "Restaurante" con unas borrosas letras negras, no se hubiera podido notar.
La calle en la que se encontraban en ese entonces, estaba bastante desierta, si no fuera porque de vez en cuando una que otra persona pasaba por allí.
Por fuera el lugar aparentaba una pequeña choza, con piedras grises y pequeñas trepaderas verdes que comenzaban a crecer en la pared, el lugar se encontraba entre dos edificios color beige, que parecían ser abandonados. Y por último una pequeña mesa redonda con telarañas debajo junto a dos sillas y una sombrilla en el medio de esta.
--¿Estará abierto?--preguntó Hil al ver el lugar tan vació y algo descuidado.--A lo mejor esta abandonado.
--Yo veo que hay una luz encendida en la ventana...--respondió el frunciendo el ceño y moviendo su cabeza de un lado a otro, buscando algún indicio que demostrara que el lugar estaba abierto.
