Hillary
Estaba nerviosa, no sabía el porqué pero lo estaba.
Cuando llegué al hotel me metí en el cuarto y me duché, tratando de tardar lo más posible, no quería cruzarme con Liam.
La verdad me parecía algo tonta mi reacción, ya que ambos habíamos dicho que nada había sucedido, pero aún así me había sentido extraña e intuía que Liam también pensaba lo mismo.
Estaba mirando una serie en la televisión, sentada en el borde de la cama, pensando en lo que había sucedido esa mañana. Sentí un ligero cosquilleo en mi espalda al recordar lo cálido que se sentía el pecho de Liam, me sentía una tonta al pensar que se trataba de mi perro, el era peludo y tenía un olor horrible debido a que casi nunca lo bañaba.
Recordé su cara de asustado al darse cuenta de que no era su novia, como si yo fuera el mismísimo señor de la bolsa.
Fui interrumpida al escuchar el sonido que hace la puerta al pasar la tarjeta para abrirla. Rápidamente tomé el control remoto y empecé a cambiar los canales fingiendo indiferencia.
El parecía ignorarme también, ya que no emitió palabra alguna al entrar. Comenzó a agarrar cosas al azar y luego de la nada paró y supe que me estaba mirando, por lo que no pude evitar hacer lo mismo y chocar de alguna manera brusca mis ojos con los suyos.
--Emm...--habló el mientras se rascaba la nuca nerviosamente-- Tenemos que irnos, ¿ya tienes todo listo?
-- Cla-claro, lo hice cuando salí de ducharme.
Asintió, tomó su bolso y luego el mio.
--Vamos entonces.
Sin decir mas, ambos nos encaminamos hacia la salida.
Una vez en su auto, encendí el estéreo y puse la primer radio que sonaba, la música era horrible pero estaba tan nerviosa que no quería cometer alguna estupidez.
(...)
Luego de casi media hora de silencio incómodo, en el cual lo único que se escuchaba era la horrible música que pasaba la radio, Liam se cansó y la apagó con un suspiro de frustración.
--Que radio de mierda.--dijo poniendo una cara de asco bastante simpática, haciendo que una sonrisa se escapara de mis labios.
--Si lo es...--dije tratando torpemente evitar reírme.
Claramente no lo logré, ya que el se quedó mirándome serio.
--¿De que te ríes?
--Lo siento...--dije tímidamente--...es que te ves tierno cuando te pones serio.
Miró el camino mientras me miraba disimuladamente de reojo y sonrió, haciendo que suspirara aliviadamente, mas que nada por el echo de que la tensión se iba cortado de a poco.
--No tuve la oportunidad de preguntarte cómo te fue hoy en el trabajo.--dije mientras buscaba algún CD interesante para reproducir.
--Bien, con el dueño unimos nuestras empresas.
Lo mire impresionada y sonriente al mismo tiempo.
--¡Eso es genial! Felicidades señor Liam Payne.
Soltó una risita y no pude evitar quedar embobada con su sonrisa, no sabría describir lo perfecta que es. Sacudí mi cabeza repetidas veces intentando sacar ese pensamiento de mi cabeza.
Saqué un disco de Maroon 5 que encontré y lo puse en el estéreo. Estuvimos un rato cantando, haciendo caras tontas y riéndonos como si nada hubiese pasado, cuando de repente Liam le bajó el volumen aún con una pequeña sonrisa en su rostro.
--El señor Dalan me ha regalado dos entradas para un partido de baseball que se realizará cerca de la ciudad... ¿Quieres acompañarme?
Estaba segura de que en ese momento mis ojos se habían iluminado de una forma que no podía expresar, que una sonrisa de oreja a oreja inundó mis labios al escuchar la palabra "baseball". No pude evitar volver de alguna forma al pasado y recordar todas aquellas veces que había ido con mi padre a ver a las mejores ligas, y gritar eufóricamente con el hasta quedarnos sin voz cada vez que nuestro equipo anotaba un punto.
Una pequeña lágrima se escapó de mi ojo y rápidamente la corrí esperando que Liam no se diera cuenta, cosa que no había logrado.
--¿Acaso dije algo malo?--preguntó en un tono preocupado.
--No, es solo que el baseball me trae muy lindos recuerdos de mi padre...
Asintió lentamente.
--El...
--Esta en coma hace dos años, no creen que despierte, pero es cuestión de tener esperanza ¿no? El me llevaba a ver a las mejores ligas de baseball, digamos que eso nos unía como padre e hija.
Hubo un silencio largo en el que ninguno habló.
--Estoy seguro de que despertará.--dijo y me dio un suave apretón en la rodilla, para luego volver a poner su mano al volante.
Sonreí con el pequeño pero agradable gesto que había hecho y miré hacia adelante.
--Me encantaría acompañarte.--dije luego de varios minutos de silencio en el que solo se escuchaba la voz de Adam Levine recitando el estribillo de "Lucky Strike".
Asintió alegremente y subió a la radio para comenzar a cantar el tema a todo pulmón, haciendome reír para luego hacer lo mismo que el.
No veía la hora de ir al partido, no sabía qué liga jugaría, pero me entusiasmaba la idea de pisar una cancha de baseball luego de no haberlo hecho por varios años. Claramente mi padre era el unico que me llevaba y luego del accidente nunca mas tuve tiempo de hacerlo sola ya sea por el trabajo o porque se me presentaban compromisos que me impedían hacer esto.
Luego de un par de horas, llegamos al hotel, por suerte nos habían dado una habitación con dos camas separadas y no tendríamos que pasar el mismo papelón que había sucedido la noche anterior. Una vez que entramos me tire en la cama y me quedé dormida en segundos, había sido un viaje muy largo y agotador, además quería que la noche pasara rápido, un partido de baseball me esperaba...
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Fin del capítulo 14. Si ya se, 6 meses sin subir seguro me odian U.u y tienen razón, simplemente me cuelgo y no me entra inspiración y no da escribir las cosas asi nomas (bueno eso creo yo).
De todos modos, creo que deben quedar 10caps para que la novela termine (si ya se es algo corta), aunque hay probabilidades de que haya una 2da parte, todo depende de mi voluntad y de que si ustedes quieren obvio.
Voy a tratar de subir cap en los próximos días, porque el que viene va a ser muuuuuy especial.
Bueno eso, les mando saludos y nos leemos pronto!!
Debo :*
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La mochilera (Liam Payne)
FanfictionSe espera cualquier cosa en un viaje de mochileros, eso es lo que Hilary pensaba al menos. Pero la vuelta a casa a veces cansa y que mejor que pedir un pequeño aventón, lo que no esperaba es que aquel chico llamara tanto su atención.