La mochilera (Liam Payne)

Capítulo 12

Hillary pdv

  Me removí algo incómoda en la cama al sentir que algo debajo de mi cabeza no dejaba de moverse, supuse que era Coco, mi perrito, que le encantaba subirse y dormir junto a mi. 

--Ya quédate quieto Coco.--dije arrastrando las palabras y abrazándome mas a la almohada.

 Pegué un salto al escuchar una queja, y vi que mi supuesta almohada se trataba de Liam.

--Oh por dios.--dije dando un largo suspiro, tratando de calmar los latidos de mi corazón.

--Vuelve a acostarte Sophia.-- dijo el y se puso de costado mientras palmeaba la cama en busca de algo, o alguien, mejor dicho.

--No soy Sophia, Liam.--respondí con un tono de seriedad en mi voz, lo que hizo que reaccionara igual que yo, sobresaltándose.

 Me miró con el ceño fruncido.

--Lo siento, yo-y-yo no me di cuenta...

--Mejor olvidemoslo, ¿de acuerdo? Aquí nada ha pasado.

 Ambos asentimos evadiendo nuestras miradas, dejando un silencio incómodo en el que nadie sabía que decir o hacer.

--Iré  a cambiarme al baño.--dije rápidamente, tomando mi mochila y encerrándome en la única sala que podía separarnos.

 Bajé la tapa del váter y me senté en este, soltando un largo suspiro. No entendía porqué me hacía tanta preocupación, no era gran cosa después de todo, ¿no?

 Me levanté y me vestí, no estaba en mis planes quedarme ahí todo el día, tratando de ocultar mi vergüenza.

Salí del lugar con mi mejor cara de pocker, fingiendo que nada había sucedido. 

 Liam me miró extrañado para luego cambiar completamente y sonreír amigablemente. Pasó por mi lado y se metió en el baño.

 Según me había dicho, ese día tendría una conferencia, mientras tanto yo podía pasear por la ciudad.

(...)

Ya había pasado por casi todos los locales del lugar, no había visto muchas cosas interesantes, por lo menos nada que llamara mi atención.

 Decidí encaminarme hacia algún restaurante que tuviera cerca. 

 Estaba pensando todo lo que había sucedido aquella mañana, concentrada mirando mis pies, que no me dí cuenta de que alguien iba por el mismo camino que yo hasta me lo/la llevé por delante, haciendo que su celular volara por los aires hasta caer al suelo haciendo que todas sus piezas se separaran.

----Demonios-- dijo el frustrado sin levantar la cabeza y juntando los pedazos de teléfono que habían caído (que consistía en la parte de adelante, la batería y la tapa de atrás)

--Lo siento, no te había visto.

--Esta bien, yo tampoco estaba viendo el camino.--respondió esta vez levantando su cabeza y mirándome a los ojos.

Abrí mi boca al reconocer rápidamente sus ojos y esa tímida sonrisa.

--¿Sam?--hablé sorprendida.

--¡Hil!--dijo entusiasmado abrazandome fuertemente y alzandome por los aires como si fuera una niña pequeña, aunque tenía que admitir que el era bastante alto comparado conmigo, me llevaba casi una cabeza.

Sam era uno de mis mejores amigos en el instituto, éramos prácticamente inseparables. Mientras el era mariscal de campo yo era la nerd y nadie entendía qué clase de amistad teníamos, lo raro era que tampoco nosotros, pero aún asi nos queríamos igual.