A pesar de todo [EXO Chanyeol]

XXX. "Mantente al márgen."

[Stephanie]

Todas las situaciones comenzaban a ser un trago amargo para mí. Caer en cuenta de que me iría de Seúl por un tiempo indeterminado era algo diferente, totalmente, quizá era un buen cambio pero no podía evitar sentirme intímidada por los cambios en mi vida; de un día para otro dejé mis estudios, de un día para otro una chica loca que me odiaba quería destruirme, de un día para otro mi mejor amiga se encontraba embarazada, de un día para otro iba a vivirme a Jeju con mi novio y amigos. Tengo fé en que lo malo va a pasar, tengo esperanzas de que mi vida normal no va a terminar aquí, siempre estuve esperanzada de que mi vida sería normal aun que estuviese en una relación con una celebridad, trataba de que mi vida tuviera un buen rumbo pero Eun y Chanyeol, y Kyungsoo me hacían eso una tarea difícil; sus fans me seguían si salía de casa, y de Eun ni hablar, ella parecía saber todo de mi, de que haría y a donde iría, Eun comenzó a ser la única persona que parecía ponerme límites y lentamente comenzó a transformarse en mi peor miedo.

Aquella noche había sido terrible, mis sueños se convertían en pesadillas, Eun, ella siempre estaba en ellas; me lastimaba, pero aún peor, lastimaba a la gente que yo amaba y apreciaba tanto, los veía sufrir, yo no podía hacer nada al respecto y la razón siempre era la misma: Chanyeol. Todo lo que ella me hacía era porque quería a Chan para ella, y no lo negaré, terminar con él había sido una opción, pero la había descartado, yo no iba a dejar ir a una persona que amaba tanto sólo por una loca con mente oscura y lóbrega, mis planes consistían en quedarme con Chanyeol, e intentar ser y hacerlo feliz.

Abrí mis ojos, la brisa que entraba por la ventana del cuarto de Chanyeol causó un escalofrío en mí y agradecí que mi despertador no fuera la luz del Sol, si no la tierna voz de mi novio que era un susurro en mi oído, tratando de despertarme con tranquilidad, como si yo tratara de una niña pequeña. Su mano pasaba por mi cabello, lento, cepillándolo con sus largos dedos, sentía su respiración al costado de mi rostro y no pude evitar sonreír cuando sentí sus labios plantarme un tierno beso en mi sien.

-Buenos días, Solestito -dijo en un susurro, mientras yo arrugaba un poco la nariz porque Chanyeol había parado de cepillar mi cabello.

Yo lo miré e hice un pequeño puchero, pidiéndole que volviera a acariciar mi cabello y el rió ligeramente, entendiendo mi petición y volviendo a cepillar mi cabello con sus delgados dedos, causando mi sonrisa.

-Buenos días, dumbo -dije bromista, y él sonrió un poco.

-¿Dormiste bien?

-Sí -contesté, cerrando los ojos-, pero aún tengo sueño...

-No, no, amor, tienes que despertar ya -habló Chanyeol, colocando su barbilla en la punta de mi cabeza-, ya es medio día.

-Pero no tengo ánimos para levantarme, Chanyeol, tengo sueño -bostezé.

Mi pareja me miró y sonrió, para luego posicionarse de manera estratégica sobre mí,  pero sin dejar todo su peso sobre mi cuerpo, con sus codos a mis costados.
Yo le sonreí, no asimilando ni pensando bien sobre lo que él estaba a punto de hacer hasta que comenzó a plantarme besos en todo mi rostro, causando cosquillas que corrieron por todo mi cuerpo. Mi risa inundó mis oídos y sabía que los de mi pareja también, pero no se detuvo ni aun que yo haya comenzado a pedirle que parara, sus labios corrían fugazmente por cada punto de mi rostro y mi cuello de manera juguetona.

-Ya me voy a levantar -cedí, riendo mientras él para a de plantarme besos.

-Entonces vámos a desayunar -dijo sonriente y ambos nos levantamos de su cama.

Metí mis pies dentro mis pantunflas y él dentro de las suyas, Chanyeol tomó mi mano y nos dirigimos a paso lento hacia la puerta de su habitación, pero cuando íbamos a salir de esta, él me detuvo de golpe, sorprendiéndome.