Capítulo 17: "Tensión"

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La mirada de Kanato estaba nublada por el odio. Sus manos apretaban cada vez más fuerte el cuello de su hermana.
Y sus colmillos, peligrosamente, se acercaban cada vez más a ella.
Las lágrimas recorrían sus mejillas, Andoria gemía por la tristeza.
-¡Muérete! -Kanato bufó.
-Ahh... ¿Po..por qué? -Andoria empezaba a removerse entre sus manos, en un intento inútil por escapar.

Reiji se encontraba pensativo.
Con los brazos cruzados y la mirada perdida.
Ayato lo miraba de manera divertida desde el marco de la puerta.
-En realidad, me extraña toda esta situación... -dijo- Andoria comprometida, Raito al borde del compromiso y tú enamorado.
Ante lo último, Reiji frunció el seño. Y negó con la cabeza.
-Por favor, ambos sabemos que lo estás. Sin embargo eres incapaz de reconocerlo.
Deberías considerarte afortunado, -se interrumpió por un momento, y prosiguió - por ser dueño de su amor.
Reiji lo miró a los ojos.
-El amor es una estupidez. A comparación de ella, tengo la inteligencia suficiente como para no perder mi tiempo en ello.
-Já! Entonces, ¿Es por eso que lo piensas tanto?... -Reiji hizo un ademán de querer objetar pero Ayato lo cortó inmediatamente- Bueno, no respondas. Me voy.
Lanzó una carcajada al aire y se marchó.

-¡Shuu! ¿Cómo va todo con Kathy?- preguntó Subaru sin mucho interés.
-Supongo que bien...
-¿Eso es todo?
-Bebí de ella y la besé. -dicho esto, volvió a cerrar los ojos. Intentando dormir.
Subaru levantó la mirada de su libro y en ella había aprobación.
-Entonces debo suponer que si lo ha permitido, -se detuvo un segundo- ella aún te ama.
-Me tiene sin cuidado si eso es cierto. -dijo, con los párpados aun cerrados- Sin embargo, si aun siente ello, todo será más sencillo. ¿Cierto?
-Pues... si

Raito tenía a Kanato tirado en el suelo, con sus extremidades atadas y su cabello revuelto.
Andoria estaba sentada en el piso, se encontraba débil y aún no tenia fuerzas para incorporarse. Sus lágrimas seguían saliendo.
-¿Estas bien? -preguntó Raito.
Andoria seguía mirando en una misma dirección y con el rostro empapado.

-¡Andoria! ¡Responde! -gritó.
-Estoy bien. -susurró.

Volvió su mirada hacia el irritado muchacho que no desistía en su intento por escapar.

-Bastardo... -dijo, mientras su puño impactaba contra su mejilla. Al instante, su pálido color se tiño de rojo.

-Basta... -Andoria se esforzaba por hablar...- ¡Basta!
Raito detuvo su puño en el aire.
-Es mi culpa, no le hagas daño... -gritó. Gateando se colocó al lado de su hermano, quien yacía quieto debajo de Raito.

-Kanato perdóname, por alejarme de ti...
-Yo no te conozco, déjame en paz... ¡Lárgate! -gritaba, histérico- Deja en paz a mi hermano... ¡Lárgate! ¡Lárgate! Lárgate... Lárg... Ahhh!
Kanato se echó a llorar y sus últimas palabras se ahogaron en un gemido.
Se aferró a la espalda de su hermano y lloró. Mojando con sus lágrimas la blanca camisa.

Vania cepillaba con calma su cabello. Arrastrando suavemente el cepillo, repetidas veces, logrando como resultado una sedosa cabellera.
Se levantó de su tocador y decidió que ya era hora.
Tomó su bolso y salió por la puerta principal, afuera la esperaban con el auto listo para partir.

Glen no estaba contento.
Se sentía solo.
Sus cabellos blancos estaban revueltos y sus ojos azules, hoy se veían opacos.
Su apariencia era deprimente, para un joven príncipe.

La habitación dónde se encontraba estaba vacía. La adornaban unos cuantos muebles color bordo en la estancia. Y su cama, enorme, a su parecer era indigna de resguardar su sueño.
La casa de Lord Dwanthor no era para nada de su agrado.
Pero en realidad, eso ahora no importaba.
Su mente no estaba en esa casa, no era consciente de ella, así que no le molestaba. No había salido de esa habitación en dos días, nadie había ido a reclamar su presencia y agradecía al cielo por ello.
Y las comidas, se las había arreglado para que una de las empleadas de la casa se las trajera a la recamara. Todo iba como debía, y seguiría así hasta que el viaje terminase.

Drink from me -SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora