Capítulo 11: "Seducción"

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Nota: Este capítulo se situará en el tiempo en que Raito y Andoria tienen su conversación en el tejado... Es decir, será antes de que Andoria valla a hablar con Katy y antes de que Katy llegase a la mansión. Por lo tanto, mientras se desarrolla este capítulo, Katy aún esta en el bosque.
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Raito se mantuvo en silencio. Andoria sólo lo veía de soslayo, identificando en su expresión algo inquietante.
Raito estaba dubitativo. Una fase suya que muy pocas veces se podía ver. Generalmente se mostraba seguro y frío ante sus decisiones, pero ahora, ella pudo notar que Raito se debatía mentalmente si hacer algo o no.
Y Andoria decidió alentarlo, para que le soltase aquello que lo hacía sentirse así.
-Puedes contármelo, cariño -Ella no dijo más, se limitó a esperar. Sin embargo él no dio respuesta, y ella supuso que tampoco planeaba hacerlo en un buen tiempo.
Andoria no era paciente, esa no era una de sus virtudes y nunca lo iba a ser. Ella podía ser inteligente, bella, ágil, sensible al sufrimiento ajeno, amorosa, podríamos pasarnos toda una vida mencionando una por una sus virtudes. Sin embargo, la paciencia no formaba parte de esa lista y menos con Raito.
Ella se vio sin más opción que sacarle la información a la fuerza, y aunque tal vez no sea algo tan importante le interesaba. Pues se le vino a la cabeza la idea de que cada palabra y pensamiento de Raito era de suma relevancia para ella.
Optó entonces por la seducción.
-Raito -dijo, con una voz tan suave, que cada palabra parecía acariciar tu oído.
Tomó entonces, con sus delicados dedos, el sombrero que el muchacho llevaba y lo puso a un costado.
Pasó la palma de su mano por todo el recorrido que el brazo extendido de Raito le daba y entonces con muy poca vacilación, Andoria se dejó caer sobre el regazo de su amado.
Raito sólo la miraba, no objetó en ningún momento ni pensaba hacerlo.
La chica lo abrazó, lo abrazó con ternura y luego fue plantando besos por la curvatura de su cuello, esperando alborotar al vampiro.
Él estaba tranquilo, pero sólo por fuera. Por dentro sentía unas incontenibles ganas de seguir su juego, pero por alguna razón no podía responder a sus caricias. Tenía la impresión de que solo haría lo que ella quisiera. Y la idea no lo molestaba.
-¿Que te pasa? -preguntó Andoria.
Raito quiso responder con una mentira, sin embargo no pudo y salieron de sus labios las palabras equivocadas.
-Estoy preocupado, por ti, por mí... -vaciló un instante- y por ella.
-¿Quién es "ella"? -preguntó, siempre con dulzura y sin dejar de plantar uno que otro beso de tanto en tanto.
-Kathy, esa .... -se contuvo en un suspiro para no pronunciar aquel insulto.
Andoria lo notó pero no se detuvo.
Siguió besándolo y mientras lo hacía se dio cuenta de que con palabras no le sacaría la verdad.
Entonces recurrió a lo último que le quedaba por hacer. Sus besos subieron y llegaron hasta el mentón del muchacho, donde se detuvo por un momento. Y pensó en que nunca antes había usado este poder con él.
Nunca.
Vaciló un instante, y luego decidió que posteriormente se disculparía con Raito. Ahora no debía dudar.
Lo besó intensamente en los labios.
Él no hizo ningún movimiento más que no sea mover los labios para seguir la intensidad y ritmo del beso.
Andoria se separó, impactada de tal forma que sus labios seguían separados en una expresión de sorpresa.
Se deslizó y cayó al costado de Raito, quien ya había salido de aquel trance desesperado.
La chica sólo miraba el suelo, envolviendo con sus brazos sus piernas y asimilando todo lo que había acabado de ver. Era desastroso.
Raito se encontraba mirando el cielo, su cabeza le dolía demasiado. Fue cuando cayó en cuenta de que su Andoria estaba acurrucada al costado suyo con expresión de horror.
La miró un momento largo y comprendió lo que había hecho la muchacha.
-Seducción, -dijo, con algo de lamento de su voz- nunca lo habías usado conmigo.
Andoria no respondió, seguía en la misma posición. Y siguió así un buen rato. En silencio y pensativa.
El muchacho seguía a su lado, sin despegar su mirada de ella.
Pero entonces ella se levantó, Raito la miró con sigilo, esperando su siguiente acción.
Andoria extendió una amplia sonrisa y luego gritó:
-Kathy-chan... -agitando la mano en un enérgico saludo.
Raito apartó la mirada y ensimismado comprendió lo que pasaría.
-Ella te mentirá... Lo sabes...

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Andoria estaba sentada en la cama de Kathy con expresión sombría.
Ambas se encontraban en un silencio absoluto. La habitación parecía estar en penumbras.
Las cortinas estaban cerradas, la luz de la luna no era bienvenida y los focos, no se atrevió nadie a prenderlos.
-¿En realidad él no te lo contó verdad? -Kathy empezó.
-Pues él lo hizo. -dijo Andoria, haciendo un intento por sonar convincente y al mismo tiempo amable.
-Él no te lo contaría, te quiere demasiado como para contártelo.
En ese momento Andoria sintió unas ganas inmensas de lanzarse encima de su amiga y cocerle la boca. Pero necesitaba conversar con ella y si hacía tal cosa, ella no podría.
-No creo que esta conversación deba tomar tal rumbo, al menos no, si queremos que termine bien, -dijo aún manteniendo la compostura- piensa en ti, Kathy.
Kathy soltó una risilla por lo bajo.
-Asi que has aprendido a amenazar, eso es bueno. -ninguna se había movido de su posición.
-No es amenaza. Sin embargo, que pienses que lo es, me permite suponer que te sientes en desventaja.
Sólo quiero que me respondas una pregunta. La cual ya te formulé hace un tiempo.
-Esta bien, pero ten la mente abierta... -dijo- amiga.
Andoria bufó y se acomodó en su asiento. Esto tardaría mucho, y nada le aseguraba que terminase bien. Nada.
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Bueno, gracias por leer...
Espero les haya gustado mucho.
Los quiero... Denle click a la estrellita kawaii...
°Sele-chan°

Drink from me -SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora