Cuarta Parte, Capitulo 8.

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Todos los observaron fijamente, primero a ella y luego a él, completamente desnudos y en la cama.

—¿Estas bien?—preguntó Garrett preocupado. Ella podía “sentir” su preocupación, sonrió suavemente antes eso.

—Creo que sé lo que están sintiendo—les dijo y se puso de pie.

—El vínculo—dijo Altaír, lo miró—es eso—también se puso de pie—estamos vinculados, se terminó el proceso.

—Qué…—dijo Alec, pero ella se adelantó.

—¿Eso pasa? puedes percibir los sentimientos de los demás cuando te vinculas—él asintió.

—A veces pasa otras cosas, el poder leer la mente, el poder ubicar a tus familia en cualquier parte sin importar las distancias, cosas por el estilo, pero tú puedes saber que estamos sintiendo y nosotros sabemos que es lo que tú sientes.

Sonrió llena de alegría, él también sonrió.

—Genial—dijo, miró a los demás—creo que paso cuando pensé que estoy enamorada de ustedes, que los amo a cada uno—ella sintió un bombardeo de amor por todas direcciones, su mano llego a su pecho—es increíble—dijo al saber de dónde venía cada emoción. Con cada uno de ellos, solos, las sensaciones eran suaves, pero juntos causaban un cosquilleo dentro de si.

Los observó detenidamente mientras sentía la lujuria, el deseo, esa necesidad multiplicada por cinco, respondió sintiendo el mismo deseo y los oyó gemir.

—Sí—dijo Alec—es increíble.

Ella lo vio acercarse, podía leer su deseo por ella en su rostro y sentirlo en su cuerpo. Era como si algo agitara sus sentidos, como una caricia en su piel, en zonas estratégicas de su cuerpo. Su propia necesidad aumento y esta afectó a los demás, Martin gimió.

—Necesito…—él también se movió hacia ella y Altaír se acercó por detrás.

—¿Qué es esto?—preguntó Garrett mostrándole una botella pequeña. Isaac se acercó a él y la observó.

—La encontré entre la ropa que me dieron hace tiempo—lo estudio—no sé en qué.

—No sabes lo que es—ella negó y él sonrió, miro a los demás y se acercó mientras abría la botella—bebe un poco—le dijo y lo hizo sin dudar.

—¿Qué es?—preguntó.

—Algo que mantendrá muchas horas despierta—ella arrugó su frente.

—Es un afrodisiaco—él soltó una carcajada y los cinco la rodearon.

—Eso aquí no es necesario para nada—dijo él, tapó la botella y  la lanzo a un sofá—simplemente es algo que te mantendrá llena de energía y despierta toda la noche—alzó una ceja.

El Deseo de BárbaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora