Bárbara suspiró y abrió los ojos un poco confundida. Una mano acaricio su espalda con delicadeza, en ese segundo notó que estaba recostada sobre el pecho de alguien, supo quién era en seguida. Los conocía a todos y este era el único aroma que no había tenido así de cerca.
Permaneció quieta en ese lugar, escuchando los latidos de Altaír bajo su oído, disfrutando de los suaves movimientos de su mano en su espalda. Quiso quedarse ahí hasta que su mente se cansara de su olor, de su calor, para que cuando él se fuera, tuviera algo con ella. Al recordar esto una lágrima cayó por su rostro, cerró los ojos y se esforzó por no llorar.
Lentamente se levantó, miró alrededor y luego a él.
—Gracias —le dijo, él sonrió suavemente.
—No hay de que.
—¿Y los demás?
—Salieron no hace mucho.
Bárbara se sentó completamente y se congeló cuando el dolor en una de sus costillas volvió, llevó una de sus manos hacia ella y otra apareció encima, miró sobre su hombro a Altaír. Él la tocó examinándola.
—No está rota —le dijo—, pasaran unos días antes de que se cure por completo —ella asintió—. Te daré algo para que se recupere más rápido y no sientas dolor.
—¿Me va a dar sueño de nuevo? —. Él sonrió y negó.
—No, aunque debería hacerlo, tienes que permanecer en cama.
—No puedo descansar en la sala, el sofá es cómodo —él la estudio —no quiero permanecer aquí sola —Altaír suspiró.
—No estarás sola, no creo que nadie vaya a trabajar por un tiempo.
Él miró alrededor.
—Está bien —dijo ella y suspiró —si dices que debo estar aquí lo estaré —lo miró —podrías averiguar cómo están mis amigas, las chicas de ayer.
Él asintió enseguida, pero ninguno de los dos se movió.
—Déjame llamar a Alec para que te traiga algo de comer.
Bárbara pensó que se movería a la puerta, que saldría de su cuarto, pero él solo se movió hacia el velador para tomar su teléfono, llamó a Alec y le dijo fue que ella había despertado.
A los minutos Alec apareció seguido de los demás, todos le sonrieron al verla sentada.
—Ey dulce —le dijo Alec moviéndose hacia ella, él dejó una bandeja a su lado y se sentó. Altaír se movió alejándose de ella y poniéndose de pie. Lo observó unos segundos.
—¿Cómo te sientes? —le preguntó Garrett, lo miró y sonrió.
—Bien, creo que me recuperare pronto—. Él asintió suavemente.
Todos miraron a Isaac cuando él se subió a la cama y se sentó a su lado, la atrajo hacia su pecho para que se apoyara en él, le sonrió.
—Come —le ordenó y apuntó la bandeja, ella volteo sus ojos pero sonrió.
Mientras comía observó a cada uno de ellos, se veían más tranquilos pero igual de cansados que la noche anterior.
—¿Cuánto tiempo han dormido? —les preguntó suavemente.
—Lo suficiente —le dijo Garrett —no te preocupes por nosotros.
Ella miró a Altaír un segundo, él asintió un poco.
—Regreso enseguida —dijo y salió de la habitación, nadie lo miró.
Cuando acabo suspiró y le agradeció a Alec, se apoyó completamente en Isaac quien la abrazo.
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El Deseo de Bárbara
Storie d'amoreSerie nuevo Edén. Libro uno. El deseo de Bárbara. Novela Romántica y erótica. "Cansada de ser la chica buena, la sensible, la dulce profesora, a la que siempre terminaban usando y engañando, Bárbara Mills uso su deseo de cumpleaños número 25 para ca...