Segunda Parte, Capitulo 6.

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Alec y ella recorrieron la ciudad por largas horas, hablaron sin parar y él le contó cómo habían surgido ciertos lugares. Bárbara se sorprendió de que todo pareciera tan normal, era como una ciudad pequeña cualquiera, solo que más moderna y limpia.

Cuando regresaron a la casa vio todos los automóviles ya allí, Alec la detuvo antes de bajar de vehículo.

—Puedo preguntarte algo —lo miró— ¿qué pasa entre tú y Altaír?—. Ella arrugó su frente. Era obvio que alguien lo iba a notar, observó a Alec pero no supo que decir.

—Solo es un leve desacuerdo —dijo, no quería mentirle, pero tampoco decirle todo—, lo arreglaremos.

—¿Estás segura que solo es eso? —. Ella asintió.

—Es un asunto entre nosotros —murmuró, él asintió al comprender.

—Está bien —dijo y bajaron del vehículo.

Al llegar a la sala saludo al grupo de hombre sentados en diferentes lugares.

—Voy a hacer la cena —dijo y caminó hacia la cocina.

Cuando estaba en el lugar Garrett apareció a su lado y le mostró el teléfono.

—Es Anabela, quiere hablar contigo.

—Gracias —le dijo ella, antes de que se alejara por completo lo agarró de la camisa y lo besó, cuando se alejó notó que sonreía—. Hola —saludo a Anabela.

—Hola, ¿estas ocupada?

—No, ¿qué pasa?

—Encontré algo sobre lo que me preguntaste —se tensó y caminó hasta una ventana—, si ha pasado antes—continuó ella—, uno de los asignados ha sido retirado y alejado de una mujer.

—¿Qué paso? ¿Sabes por qué? —. Ella suspiró.

—No, lo siento, solo pude averiguar eso, ni siquiera sé que paso luego con ellos, sus registros fueron borrados.

—Vaya —dijo desanimada —pero es posible.

—Creo que sí, he pensado que la forma de hacerlo sería presentándote ante los ancianos y contar cual es el problema, ellos decidirían al final—. Suspiró.

—No sé si sea buena idea eso —murmuró.

—No has intentado...—se calló

—Por ahora estoy concentrada en otras cosas.

—Entonces aún no estás segura.

Bárbara miró alrededor, Alec, Garrett y Isaac estaba ahí.

—Ahora debo colgar, gracias por llamarme —le dijo.

—Ah, moros en la costa —dijo—, bien, llámame y continuaremos con esto, seguiré investigando.

—Está bien, adiós.

—Adiós—colgó.

Dejo el teléfono y se acercó a los demás, comenzó a ayudarles.

—¿Y cómo estuvo el día? —le preguntó Garrett, lo miró.

—Bien, divertido —sonrió aún más —y salve el día —él la miró confundido y Alec se rió. Les contó a ambos sobre el documento perdido.

Luego de comer se sentaron a ver televisión un rato, cuando el programa acabo se despidió de todos y caminó hacia su habitación, pero se detuvo en la escalera, decidió que mejor iría a nadar un rato. Cuando llegó al lado de la piscina se desnudó y se metió en el agua lentamente, solo se estremeció un segundo por el frío del agua pero lo ignoró y comenzó a nadar. Buceó un poco y cuando salió vio a Isaac mirándola desde una silla, él sonrió.

El Deseo de BárbaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora