Prólogo.
Lee Hyukjae no veía las horas de llegar a su casa y encontrarse con su pareja. A veces se reprendía sí mismo por pasar tanto tiempo pensando en él y no en su trabajo. A pesar de todo, no le iba mal en lo que hacía porque, cada mañana, cuando despertaba para ir a la oficina, Donghae estaba a su lado abrazándolo y, como si del desayuno más nutritivo se tratase, aquello lo llenaba ánimos y fuerza. Hyukjae se quedaba un buen rato viéndolo dormir, adoraba la paz de su semblante, parecía un pez, un muy hermoso y tierno pececito. Entonces, cuando notaba que Hae estaba por despertar, cerraba los ojos y se hacía el dormido mirando apenas de reojo lo que el otro hacía. Y Donghae siempre hacía lo mismo, lo observaba con una sonrisa admirada y feliz en sus ojos y luego, con su mano derecha, acariciaba su mentón delineando con un dedo toda la línea hasta su barbilla; alzaba un poco más la mano, acariciaba sus labios y sin poder resistirse terminaba besándolo. Hyukjae podía escuchar incluso los latidos de su corazón acelerado y daba gracias por saberse tan amado.
Era feliz.
Pero ese día, todo iba a cambiar.
Cuando Hyukjae llegó a su casa, desesperado por encontrarse con los brazos de Donghae, no lo encontró. Buscó por toda la casa pero no estaba. Llamó a su teléfono y el muy babo se lo había dejado, lo encontró sonando en la mesa de la cocina. Debajo del aparato había una hoja doblada que Huykjae supuso era una nota de su pez y estaba en lo cierto.
'Eunhyuk:
Perdóname. Antes que nada, por favor, trata de hacer el intento de perdonarme.
No puedo darte una explicación sobre por qué me fui. Pensé dejarte una carta con miles de mentiras diciéndote que no te amo y que me tortura vivir contigo, pero ¿me creerías? No, porque no es cierto y tú lo sabes. Sabes, también, que nunca te mentiría. No quiero hacerte daño, créeme. Te juro que la razón de mi partida es por tu bien y, de una manera egoísta, también el mío.
Olvídame Hyuki, te ruego que lo hagas porque no voy a volver a tu lado.
Es injusto que no pueda darte una explicación, solo te pido que confíes en mí. Me haría daño que me buscaras, no lo hagas por favor...
Hay cosas que no se pueden entender o evitar. Supongo que no merecía tanta felicidad. Pero tú sí la mereces, hazlo monito, sé feliz.
Estoy diciendo adiós.
Te amo, Hyukjae, hasta el infinito y más allá.'
Lee Hyukjae leyó la carta mil veces hasta que un ladrido del perro de la vecina lo devolvió a la realidad. Y entonces lloró, lloró como nunca antes había llorado. Lloró con más sentimiento que el de un niño al que se le cae su helado, o el de un deportista cuando le dicen que no va a poder seguir practicando el deporte que tanto ama. Lloró más lágrimas de las que formaban el mar y suspiró más veces de las que toda la historia de la humanidad lo había hecho.
'Me haría daño que me buscaras' releyó, ¿Y el daño que tú me haces a mí no cuenta?, pensó, con un sentimiento amargo y una nube negra oscureció su corazón.
Comprendió qué tan fina era la línea que dividía al amor del odio y se halló odiando con todo su corazón a su amado Lee Donghae.
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Hola! Se me ha ocurrido publicar este fic por wattpad, dado que le están dando mucho cariño a Sexto Sentido.
Ojalá éste también tenga apoyo, desde ya, gracias por leer!
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No me odies, yo te amo.
Lãng mạn¿Qué pasa cuando, sin razón alguna, la persona a la que has amado toda tu vida y que asegura amarte de igual modo, te abandona de la noche a la mañana? ¿Perdonarías a esa persona? ¿Cuánto daño puede causarte? Lee Hyukjae es el hombre más miserable d...