Nada. Nada. Nada. No había nada, no tenía nada; todo estaba vacío, tan vacío como las hojas en blanco de aquel cuaderno.
El fantasma de Donghae ahora me miraba con tristeza, como pidiéndome disculpas por todo el sufrimiento que nos había causado y yo lo miraba fijamente, retándolo a que se atreviera a irse él también de mi vida, amenazándolo para que se quedara. Se acercó como flotando en una brisa, puso sus inmateriales labios sobre los míos y luego se desintegró marcando una frase insonora y no pronunciada muy dentro de mí.
'Te esperaré'.
Aún me esperaba, yo sabía que aún lo hacía y siempre lo haría pero ¿dónde?
Salté de la cama y sin pensar en nada más me calcé las zapatillas, un abrigo, una gorra y volé directo a mi auto. Tenía apenas dos kilómetros hasta el hospital pero sentía que cada segundo que pasaba era uno menos que Hae tendría para mí ¿y qué si llegaba y ya no estaba? ¿Qué tal si tres segundos marcaban la diferencia? Ya la marcaban para mí porque no pensaba gastarme el tiempo lejos suyo.
Llegué al hospital y ni siquiera me fijé si el sitio donde había estacionado estaba permitido, sencillamente lo dejé ahí y salí corriendo hacia dentro pero cuando puse un pie en el lugar me di cuenta que no tenía idea de hacia dónde debía ir. Él mencionaba en sus cartas la habitación 305 del ala este y yo sabía donde quedaba eso, pero en las últimas cartas también decía que estaba en terapia así que no supe a cuál parte dirigirme.
A pesar de ser consciente de que mi desesperación estaba fuera de lugar y que no era como si fuera buscando a un ser querido que acababa de ser ingresado por un tema de gravedad, yo sí me sentía urgido por saber de Hae. Apenas había pasado más de un día desde que lo había 'reencontrado' y, con todas las cosas que había leído en esas horas, la ansiedad comenzaba a consumirme.
Me acerqué hasta la recepción y con gesto grave le pregunté a la joven que estaba allí por el paciente Lee Donghae, al instante una nube de tristeza empañó sus ojos logrando que el pecho se me estrujara.
-¿Quién es usted? –me preguntó la recepcionista.
-Yo... -¿qué debía responder? No tenía idea –yo lo conozco de toda la vida y apenas hoy me enteré de su enfermedad. Quisiera verlo.
-Oh... -la chica me miró con pena y luego dijo –espera un momento.
Luego se marchó hacia el despacho que había detrás suyo y por la ventana vidriada pude ver que marcaba un número en el teléfono del hospital y decía unas cuantas cosas, me miró inspeccionándome y haciendo un gesto afirmativo, al parecer, confirmando algo que la otra persona le preguntaba; colgó y regresó.
-Espera un minuto –me pidió y volvió a sus tareas evitando mi mirada.
Un minuto. Esperar ese minuto era como esperar por una sentencia.
-¿Eunhyuk? –dijo una voz conocida detrás de mí. Me di la vuelta lentamente para enfrentar a aquella persona que tanto conocía.
-Hyung... -conectamos nuestras miradas transmitiéndonos el pesar de cada uno y al cabo de unos segundos Leeteuk comenzó a llorar y se abalanzó sobre mí abrazándome.
-Lo siento Hyukjae, lo siento. Yo no quería ocultarte esto pero él me hizo prometerle que me mantendría callado y no podía hacer otra cosa más que cumplir con la promesa.
¿Me pedía disculpas por no habérmelo contado cuando se enteró? Yo ahora tenía cosas más importantes en qué pensar como para estar enojado por eso. Cosas como por qué lloraba tanto y por qué nadie me decía dónde estaba Donghae.
![](https://img.wattpad.com/cover/64127417-288-k468162.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No me odies, yo te amo.
Romance¿Qué pasa cuando, sin razón alguna, la persona a la que has amado toda tu vida y que asegura amarte de igual modo, te abandona de la noche a la mañana? ¿Perdonarías a esa persona? ¿Cuánto daño puede causarte? Lee Hyukjae es el hombre más miserable d...