No me odies, yo te amo.

Capítulo 4: Mirror.

La lluvia había comenzado a caer de nuevo, acompañando mi humor. En momentos como éstos necesitaba llenar la tina y sumergirme allí hasta que mi cuerpo estuviera tan arrugado como un abuelo de 80 años. Fui al baño y me dispuse a hacer justamente eso; busqué las sales de baño que Donghae solía ponerle al agua cuando nos bañábamos juntos y que eran muy relajantes. Cuando abrí las puertas de uno de los estantes encontré las sales y detrás de ellas un patito amarillo de goma, sonreí.

-------Flash Back-------

-Donghae no juegues con ese pato en la bañera –le reproché mientras lo veía hundir el juguete hasta el fondo y luego soltarlo para que saliera de un salto a la superficie.

-¿Por qué? –se quejó.

-Porque ese pato me recuerda a Teuk hyung y es como si dejara que te viera desnudo, no me gusta. Además te diviertes más con eso que conmigo –respondí con un puchero en la boca.

Por toda respuesta, Hae volvió a hundir el pato y cuando éste saltó entre nosotros nos quedamos viendo, el uno al otro, fijamente, retándonos con la mirada. En su rostro, al principio, había diversión, pero los segundos pasaron y yo fui tentándolo, mirándolo con lujuria primero y cuando sus ojos se nublaron por el deseo y su rostro se puso serio, comencé a acariciarle sutilmente los muslos con mis pies, él se mordió un labio mientras miraba fijamente los míos y yo aproveché para lamérmelos; en ese instante, Donghae perdió el juego. Tomó el pato y lo lanzó hacia afuera por la puerta, se acercó a mí, tirando para besarme, con un movimiento brusco.

-Ahora quiero jugar contigo –me susurró de forma sensual y se acomodó entre mis piernas haciendo que casi la mitad del agua que nos cubría cayera al suelo. No importaba, siempre dejábamos menos de un tercio de agua dentro...

-------Fin Flash Back-------

Al final, me metí en la tina y me puse a jugar con el pato tal y como solía hacer Hae; era divertido, debía de reconocerlo.

-¿Qué te parece amiguito si voy a buscar el cuaderno de Hae para que él también nos acompañe? –le pregunté al patito y así, empapado como estaba, me fui hasta la habitación y busqué el cuaderno, volví a la bañera y, con cuidado de no mojar las hojas, comencé a leer la siguiente carta.

21 de Junio de 2014. La cama, habitación 305.Hospital Central.

Hyuukiii!!!

Buenos días mi amor. Han pasado 6 días desde la última vez que te escribí y no te imaginas todo lo que lo te he extrañado. Todos los días llenaba mi cabeza con lo que quería contarte de las cosas que suceden y que veo a diario, te sorprenderías. Pero no he podido escribir, mis riñones finalmente depuraron todo el virus así que estoy libre del Anthavirus pero ha sido un proceso doloroso y me han pasado tantos calmantes que apenas si he abierto los ojos en estos días. Estoy harto de esta cama, me aburro muchísimo aquí. Además, duermo demasiado, me estoy volviendo un vago, ojalá pudiera encontrar alguna actividad que hacer. Chul está muy ocupado últimamente y me visita poco, así que me dedico a ver la tele y me paso el día mirando domaras y programas de variedades, a veces me rio un montón y otras veces lloro a mares; más parezco una mujer embarazada con revueltas hormonales que un paciente con insuficiencia renal.

Te deseo tanto que hasta me sorprende lo rápido que me excito cuando pienso en ti, no es que antes no fuera así pero ahora estoy ultra sensible. Claro que pensar en mis manos débiles y huesudas dándome alivio me corta el rollo rápido...
He pedido que saquen el espejo que había en el baño, me deprimía mucho ver mi reflejo y me daba vergüenza que otros me vieran, es como si me gritaran ¡Anoréxico! Pero no lo soy, Dios sabe cuánto deseo comer y no puedo más que tomar agua con galletitas y sopa de verduras sin sal, es por eso que las fuerzas me faltan, consumo lo mínimo para mantener activo mi organismo, pero nada más para no forzar la actividad renal.