-¿Así está bien? –le pregunté a Haru mientras me acomodaba el traje de príncipe azul que los chicos me habían preparado con papel. Ellos mismos lo habían cortado y pintado durante toda la noche. Me emocioné muchísimo cuando lo vi y estoy seguro de que si Hae no estuviese fingiendo estar aún inconsciente, estaría llorando de ternura.
-Sí, así está bien –respondió luego de una dura mirada observatoria –De todos modos no hay mucho que podamos hacer contigo.
No sabía si llorar o reír ¿qué se creía este mocoso? Seguramente Heechul se había ocupado de él en el tiempo que pasó aquí.
-Bueno, ahora bésalo –me urgió –.Pero en la boca, ese fue tu error la última vez. Hemos investigado.
Haru y Henry parecían muy orgullosos de haber encontrado el problema en nuestro cuento de hadas.
-¡Appa, fighting! –me animó Henry.
Con mucha parsimonia me acerqué hasta la cama donde Donghae 'dormía', le acaricié primero el rostro y antes de besarlo dije:
-Despierta, mi amado. Tu príncipe ha llegado –acerqué mis labios y los junté a los suyos como habíamos ensayado. Hae abrió los ojos lentamente y me rodeó el cuello con uno de sus brazos. Pudimos sentir cómo la respiración de todos se detenía un momento. Luego, Hae se salió del libreto y comenzó a besarme con más ganas, me agarró fuerte la cabeza y me tiró sobre él.
-¡Ya! ¡Hay niños presentes! –gritó Heechul y entre risas nos separamos. Cuando vimos hacia donde estaban Teuk y los niños, observamos que nuestro Hyung intentaba, sin resultados, tapar los ojos de los pequeños. Los tres nos miraban con ojos desorbitados.
-¡Buen día! –saludó alegremente Hae. Inmediatamente Haru y Henry corrieron a tirársele encima y lo abrazaron fuerte.
-HaeHae.
-Appa.
Dijeron los niños al mismo tiempo.
-¡Mis dulces enanitos! ¿Cómo han estado? ¿Fueron ustedes quienes encontraron a mi príncipe? –les preguntó mientras los abrazaba.
-No, él vino solo a buscarte –respondió Haru –, pero él no sabía cómo despertarte, así que nosotros tuvimos que decirle.
-También le hicimos el traje –aportó Henry muy pagado de sí mismo.
-Pero fui yo quien rompió el hechizo –dije para que me dieran algo de crédito.
-Todos juntos lo hicimos –declaró Henry.
-Gracias a todos –dijo Hae emocionado –Los quiero, de verdad.
De un momento a otro, todos, incluido Siwon que estaba allí también, nos abalanzamos sobre el pequeño pez y lo abrazamos.
-¡Estoy tan feliz de que estés bien, Donghae! –exclamó Teuk entre sollozos.
-Yo también estoy feliz de verlos de nuevo.
-¡Gracias a Dios!
Todo el hospital pasó por la habitación de Hae esa mañana, incluso los que estaban de descanso fueron a verlo. Fue un día lleno de lágrimas, risas y deseos de feliz noche buena.
*****
-HyukJae ¿Me quieres decir dónde diablos te metiste? Hijo, mira que hacerme decir cosas así en vísperas de Navidad pero es que llevo el día entero buscándote y no te encuentro...
-Estaba con Donghae –corté a mi madre en su discurso de mal hijo. La voz me salió en un sollozo mientras pronunciaba esas palabras, el hecho de recordar cuántas veces le había dado esa respuesta a lo largo de los años y la felicidad de saber que volvería a decirla muchas veces más, logró derrumbar la fortaleza estoica que había mantenido desde que Hae despertara. Ahora estaba en mi casa, había vuelto a darme una ducha, cargar la batería de mi teléfono que estaba muerto y buscar algo de ropa para mí y para mi pez. Siwon dijo que se quedaría 48 horas en observación y que luego, por fin, sería dado de alta. Él y Heechul estarían de guardia esta noche, así que habíamos quedado en hacer una cena de nochebuena en la habitación de Hae. Todos llevarían algo para compartir por lo que yo tenía que apresurarme para poder comprar algo también.
ESTÁS LEYENDO
No me odies, yo te amo.
Roman d'amour¿Qué pasa cuando, sin razón alguna, la persona a la que has amado toda tu vida y que asegura amarte de igual modo, te abandona de la noche a la mañana? ¿Perdonarías a esa persona? ¿Cuánto daño puede causarte? Lee Hyukjae es el hombre más miserable d...