- ¡Hey Dylan! -sentí como algo me aplastaba. Me quejé entre sueños y tallé mis ojos aún cerrados- ¡Vamos flojo! -abrí mi ojo derecho dejándome ver a mi hermano menor encima mío.
- ¿Qué quieres? -me quejé, miré el reloj- ¡Son las 7:00 a.m.! ¿Qué quieres? -tomé una de mis almohadas y la puse sobre mi cara.
- ¿No lo recuerdas? Tonto -gruñí- Papá y mamá se fueron, tenemos que ir a la escuela y no vamos a llegar allá volando -dijo en tono obvio- Aparte tengo hambre.
- ¿Y qué quieres que haga? Ya estás grande, prepárate algo.
- Dylan, ¡tengo ocho años! Si me quemo será tu culpa -me dio un golpe en el estómago.
- Bájate.
Se bajó de encima mío y de la cama, me senté en mi cama y lo miré.
- ¿En serio quieres ir a la escuela? -dije adormilado- Igual ya vamos tarde -bostecé y rasqué mi nuca.
- Si -asintió.
- Pues que pena, no iremos, ahora vete a tu habitación y duérmete.
- ¡Para que me preguntas si ya decidiste algo!
- No sé.
- ¡Mamá dijo que no faltáramos!
- Si mamá no se entera, no hay problema -me encogí de hombros.
- Vamos, por favor -hizo pucheros.
- Que niño tan raro eres, otro en tu lugar estaría en su séptimo sueño ya.
- Me parece bien, pero yo no, ahora levántate.
- Vete a tu habitación y deja dormir -tomé mi cobija y me acosté, poniéndola encima mío. Escuché un suspiró seguido del sonido de la puerta y sonreí.
7:35 a.m.
Estiré mi brazo intentando buscar mi celular, era la cuarta vez que sonaba y ya estaba harto. Cuando por fin lo encontré pulsé "Contestar" sin fijarme en la persona que estaba realizando la llamada.
- ¿Quién eres y porqué me despiertas? -dije fastidiado.
- ¡Qué humor! -sonreí- ¿Dónde estás?
- En mi casa.
- ¿Por qué?
- Por que sí.
- Esa no es una respuesta.
- Mmmh...
- Tienes que venir a la escuela ¿sabes? No puedes pasártela en tu habitación todo el día como un maldito gordo comiendo y viendo series.
- Sí puedo.
- No, no puedes y no debes, ¡te pondrás como esas personas que ya ni se pueden parar para ir al baño!
- Genial -bostecé.
- ¡No es genial! ¡Ahora levanta tu gran trasero de la cama, vístete y ven a la escuela!
- No.
- ¡Eres un fastidio! -reí mientras ella suspiraba fuertemente- Si no vienes a la escuela, no te vamos a llevar a la fiesta.
- ¿Cuál fiesta? -me levanté y busqué una camisa la cual no estuviera sucia.
- Eres tan lento -escuché como se quejaba- ¡La fiesta que hará Ray!
- ¿Quién es Ray? -sonreí.
- Tu mejor amigo maldito imbécil.
- Oye Perl, ese lenguaje señorita.

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Madhouse
Teen Fiction"- Todo comenzó con una fiesta, una broma y un lugar abandonado." #645 en Novela Juvenil Todos los derechos reservados. No copiar, adaptar o tomar sin mi previa autorización. XimenaArreola.