El señor de unos treinta y pico de años les hace un tour por toda la casa por segunda vez, ya que a Rubén y a Belén le encantaba demasiado.
-¿Y qué opinan? -pregunta el hombre, esperando un "sí" de parte de los dos.
Los dos chicos se miraron y contestaron al unísono un gran:
-Sí, nos encanta.
El hombre sonríe junto con ellos, por su mente piensa la gran pareja que hacen los dos chicos y se los dice, a lo que las sonrisas de los dos cambian a una risa tímida, acompañada de un leve calor en las mejillas.
-No somos pareja -aclara la pelinegra.
-Todavía -comenta el castaño, lo que hizo que el señor de traje se ría levemente.
-Harían una buena pareja -les sonríe-. Y bien, solo quedan hacer los papeles y que se muden, nada más.
-¿Y cómo son los vecinos? -pregunta Rubén, ya que siempre tiene problemas con ellos por causa de sus gritos y ruido que hace al grabar un vídeo.
-La vecina de al lado es sorda -le dice mientras hace señas-, es una señora de la tercera edad muy dulce y cariñosa. Aparte si usted grita y yo estoy en la casa de al lado, probablemente ni lo escuche -el castaño está una sonrisa y asentía a medida que le iba explicando-. En fin, los dejaré solos unos minutos para que charlen y vean la casa por su cuenta, yo estaré afuera haciendo un par de llamadas.
El hombre-cuyo nombre se llamada Max-, se va del departamento y la primera cosa que hace"Belén", es ir corriendo a una habitación que le encanta por donde está ubicada la ventana; valía la pena vivir en el noveno piso por la vista agradable que tenía.
-¡Yo quiero ésta habitación! -grita la chica.
-Hey, yo quería ésta para grabar -ríe Rubén apoyado en el marco de la puerta, viendo como la chica se acuesta en el piso-. ¿Qué haces?
-Marco territorio, ¿no ves? -contesta riendo-. Voy a pintar las paredes de... ¡No! Las voy a dejar así, se ve más amplio.
Rubén la miraba con ternura, la chica hablaba de como iba a ser su habitación, como si nunca hubiese tenido una. Pero todo cambia cuando una duda se le plantea en la cabeza.
-En todo éste tiempo, ¿en dónde te quedabas? -pregunta de repente, haciendo callar a la chica por ser tan directo-. No quiero ser grosero, pero nunca supe tu nombre ni mucho menos sé donde vives, y es algo incómodo, ¿sabes? Vamos a vivir juntos, compartiendo piso y no sé absolutamente nada de ti.
-Yo no tenía hogar, Rubén -susurra-. Yo paraba en un hotel cerca de dónde vivo, de casa al trabajo o donde quiera que vaya, iba en un auto que me prestaba el dueño de dónde me quedaba.
-¿Y tu familia? -pregunta, realmente quería saber más de ella-. Confía en mi como yo confío en ti, preciosa -le regala una sonrisa, de esas que te dicen que todo iba a estar bien.
-Me gustaría hablar de esto cuando nos mudemos, ¿vale? -contesta, esto no sé esperaba Rubén pero asiente, por lo menos se lo iba a contar, no ahora pero sí después.
Él se acerca a ella, se pone en cuclillas y le deposita un beso en sus labios. Quería hacerlo desde que la vio, pero no encontraba el momento.
-Venga, levantate, vamos a hacer esos papeles -se para y le extiende la mano-. Vas a tener que acostumbrarte a escuchar mis gritos de niña a la noche, el escándalo que hago cuando me tocan buenas cosas abriendo cajas, las visitas de mis amigos -enumera con sus dedos-, y mucho más querida. ¿Estás dispuesta? -ella agarra su mano para levantarse del suelo.
-Si es contigo, sí.
☀☀☀
hola, hola, hola (?). ¿cómo están? espero que bien.
el fic está a algunos capítulos para que termine, a lo mejor termina en el próximo cap., a lo mejor no... nadie sabe ☺ ah re mala.
no quiero decir más.
¡las amo!