☀ trece

2.9K 259 46
                                    

3:28 AM.

Era martes y como todos los días-excepto los domingos-, ella tenía que ir a ese lugar a trabajar. En los meses que estuvo ahí, afortunadamente su posición económica subió bastante y no sólo porque Rubén pagaba más de lo debido o pagaba para estar una noche con ella, sino también por las demás personas. Tenía mucho dinero ahorrado, tanto que su idea de dejar aquel lugar, le iba pareciendo mejor.

Hace unos minutos atendía al cliente y ahora se está bañando, a pesar de que trabaje de follarse a gente desconocida, era muy higiénica; no quería ninguna enfermedad sexual.

Salió de las duchas para dirigirse a la habitación donde estaban todas sus compañeras, con algunas se hablaba y con otras no tanto, pero no las tomaba como amigas, sólo compañeras. Lo más cercano que tiene de amiga es Lola.

Va a sus vestidor y comienzan los murmullos, pero ella no le da mucha importancia, siempre andan cotilleando.

-¡Belén! -grita una voz masculina y sale del vestidor, sólo una persona la llamaba así.

-Rubén -susurra.

Lo encuentra con la mirada y ve a dos de los de seguridad agarrandolo, ella sólo suelto una risa.

-Ha entrado sin permiso, ¿es su cliente? -pregunta uno de los dos muy serio, dirigiéndose a la pelinegra.

-Sí, es que es un desesperado -miente y lo mira a Rubén fijamente para que le siga el juego.

-Sí... sí, ¡eso! -exclama él-. Te quiero ya, bebé -dice con otro tono.

Lo soltaron y ella lo lleva rápido a la habitación donde siempre estaban. Él estaba en silencio, avergonzado por aquella escena mientras que ella soltaba risitas.

-¿Por qué viniste? Hoy no es sábado -le cuestiona "Belén", ya en la habitación, tenía una toalla alrededor de su cuerpo, no le dio tiempo ni para cambiarse.

-Es que te tenía que decir algo urgente -se rasca la nuca, está un poco incómodo por el simple hecho de que está desnuda y sólo una tela la tapa.

-Espera -ella nota su nerviosismo y va hacia la puerta-. ¡Lola! -grita, alargando la "a".

La rubia a los minutos aparece en el pasillo, preguntándose porqué la había llamado.

-¿Qué sucede? -pregunta.

-Necesito que me traigas del vestidor ropa, lo que sea, ¿sí? -Lola asiente y se va a hacer lo indicado-. No te preocupes, ya voy a estar vestida -ahora se dirige a Rubén.

Pasaron cinco minutos y su amiga le trae una bolsa de ropa. Obligó a Rubén a que se vaya de la habitación, un poco irónico, ¿no? Más de 30 hombres la vieron desnuda.

-¿Ya puedo pasar? -pregunta él riendo mientras golpea repetidamente la puerta con su puño.

-Ya, ahora sí -dice y le abre la puerta.

Él entra y la ve vestida con ropa de trabajo: una lencería de color roja muy provocativa, pero a Rubén no le provocaba nada, no la quiere para follarla.

Los dos se sientan en la cama como de costumbre y ella hace un ademán para que hable.

-¿Te acuerdas que el sábado viniste a casa? -le pregunta y ella asiente con la cabeza-. Bueno, quise grabar a escondidas para tenerlo yo, es decir, no lo quise subir al canal, sólo para tenerlo y ya.

-Eres un idiota -comenta divertida-. Sigue.

-Bueno, el domingo cuando desperté, vi el vídeo porque me aburría y no tenía nada que hacer -suspira y le cuenta todo lo que observó en ese vídeo, la reacción de la chica es sólo quedarse quieta-. ¿Algo para decir? -le pregunta mientras su mano pasan por sus ojos.

-¿Te gusto? -dice entre balbuceos.

-Me encantas, Belén -susurra avergonzado-. Y por lo que escuché, te gusto.

-¡No puede estar pasando! -grita y Rubén se sobresalta.

Sale de la habitación con lágrimas en sus ojos para dirigirse a su auto. Rápido arranca y se va de ese lugar. Ni ella sabe porqué reaccionó así, sólo sabe que su relación no se puede; una prostituta y alguien con más de diez millones de seguidores, definitivamente no pueden estar juntos.

O quizá si...

☀ Burdel; rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora