Capítul⌖ 3

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Dylan empuja la pesada puerta de metal, haciendo que esta hiciera ruido al abrirse

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Dylan empuja la pesada puerta de metal, haciendo que esta hiciera ruido al abrirse. Causando que ambos, nos tensáramos.

Pero ojalá solo eso hubiese hecho que nos pusieramos en alerta. Por desgracia, lo que habia tras esa puerta era aun peor.

Gran parte de nuestros hombres se encontraban tendidos en el suelo, muertos. Duncan tenia todo el labio partido, haciendo que una hilera de sangre cayera de su labio inferior. Estaba arrodillado con dos hombres apuntandole con un arma en la cabeza.
Cristopher y él otro hombre de confianza de Evil, se encontraban en la misma situacion. Mientras que Evil se encontraba de pie con la mandibula apretada y tres hombres apuntandole con armas, dos en la cabeza y una en el costado.

Ahogo un jadeo al ver a Nash, completamente fuera de si. Observaba la situación ausente. Sus ojos estaban inyectados en sangre. Sus pupilas completamente dilatadas y su respiracion acelerada. Estaba drogado.

Y a su lado, Jaxon. Él hombre mas repudiado de este lugar.
Se le conocia como el manta negra de la mafia, era especialista en meter mierda entre dos bandos y cuando conseguía que estas iniciaran una guerra. Él desparecía completamente del mapa.

—¿Enserio creéis que podeis apuntarnos?—La asquerosa voz de Jaxon resuena en la nave al vernos apuntarlo.

Eran doce los hombres de Jaxon. Eran pocos, pues los demas sé encontraban en el suelo junto los nuestros. Tambien muertos.

—¿Que mierdas has hecho Jaxon?—La voz de Dylan sale dura.

Él junto sus hombres se acercaban a nosotros.

Teniamos las de perder.

No podiamos hacer nada.

Tenian a Evil.

Y nuestros hombres habían caído.

—¡Nash reacciona!.—Bramo viendo como la distancia entre esas escorias es cada vez mas corta.

Su mirada se encuentra con la mia. Estaba perdida, pero pestañeaba con rapidez con intención de recuperar la cordura. Cordura que no parecia volver.

Veo de reojo como Dylan saca las llaves de su coche. No apartaba su mirada de Jaxon, él cual me recorría de pies a cabeza con una perversión que me repugnaba. Y Dylan, se habia percatado de eso.

Era la unica mujer dentro de esta nave. Y él era un cerdo incontrolable.

—Sal de aquí Alexandra.—Me habia tirado las llaves a mis pies, mientras no perdía de vista a los hombres que cada vez se acercaban más a nosotros.

Las posibilidades de poder agarrar las llaves del auto y salir sin que esos hombres no corrieran tras de mi y me alcanzaran eran bajas. Pero no nulas.

Pero, huir no entraba en mis planes.

Y confiaba en que saldriamos de aquí. Pues estaba Evil, que aunque estuviera en una situacion penosa. Se le temia porque no habían hombres ni armas, que lo tumbaran eternamente.

EVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora