Capítul⌖ 4

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Capitulo con leve contenido +18.

Suspiro con pesadez al coger el teléfono

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Suspiro con pesadez al coger el teléfono. Habian pasado dos dias desde lo ocurrido, y en casa de Evil, que fue donde me llevaron tras el incidente, Cristopher me dio las llaves de mi nueva casa. Aprovechando que ya me encontraba allí y yo ayer, le envié el cheque.
Y como estos dos dias estuve de reposo, contrate a una empresa express para que se encargara de la mudanza.

Ya estaba instalada en esta casa.

—¿Ya estas ahi?—La voz de Nash resuena en la linea.

—Ya estoy aqui.—Confirmo.

Avisare a Dylan, esta noche hay reunion en mi casa.—Y tras decir aquello, cuelga.

Hoy era la encuentro con el ruso, e iria solo con Duncan y algunos hombres. Pues Dylan todavía se encontraba con la cara echa un cuadro y no podía dar esa imagen. Pero luego, nos podría al dia de lo sucedido.

Por otro lado, yo hoy me encontraba de cobradora del Frank.

Empujo la puerta del bar y camino hacia la zona de reservados. Encontrandome con cuatro mesas de Blackjack y camareros pasar de un lado a otro. En una de esas mesas habian cuatro hombres sentados.

Mis hombres.

Menos uno.

Patrick se encontraba en el extremo de la mesa, habia sido él, él que me habia ayudado a reunirlos. Pues era dificil encontrarlos y él los conocia.

Los habia traicionado trayéndolos aqui, y esa traicion por ayudarme, aunque le pagaría no lo pasaria por alto. Pues sabia que si alguno salia vivo de aqui, querría buscarlo.

Pero de eso hablaría mas tarde con Nash.

Los hombres al escuchar mis botas resonar, voltearon el rostro hacia mi dirección. Pero no prestaron mucha atención volviendo a su juego. No me reconocían. Pero en el momento en el que saco mi arma y la cargo, vuelven a girarlo hacia mi dirección.

—Muy bien caballeros. ¿Quien sera el primero en saldar su deuda?—La mujer que se encontraba tras la mesa de juegos, sale de ella al ver la situación y junto con los camareros, salen del reservado.

No llamarian a la policia.

A diferencia de estos imbeciles, ellos si nos conocían.

—Que mierdas.—El murmuro de uno de ellos hace que ruede los ojos.

No tenia todo el dia.

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