Capítul⌖ 10

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—Hare lo que sea necesario para conseguir lo que quiero

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—Hare lo que sea necesario para conseguir lo que quiero.—Habla Nash observando a mis espaldas.

—Pero tendrías que pensarlo bien.—Dylan hace que su jefe lo mire alzando una ceja.

Sabía cual era el plan de Nash, pues yo estaba al tanto de todo lo que planeaba hacer. Deshacerse de Nikolay y despues emparejarse con Natasha hasta casarse. Una vez firmarán el acta de matrimonio en Rusia, el al ser hombre del matrimonio pasaria a tener el 80% del negocio. Mas tarde, se ocuparía de Natasha.

Cuando le permití conocer a Nikolay Nikovv tenia dos opciones, hacer negocios con él o hacerse con la mitad de sus negocios en Rusia, pero para ello, debía acabar con él.

El único problema que habia y que solo yo sabia, eran las intenciones de Natasha con él. Una vez se encargará de su hermano —cosa que ella sin saber que era lo que queria hacer Nash, tambien queria hacer lo mismo, traicionar a su hermano— era tener un hijo a traición con Nash. Pues este pasaría a tener el 100% del negocio de su hermano, pues sería el único heredero de esa familia.

Eran dos jugadas con un mismo objetivo; hacerse con una buena parte de rusia.

Nash planeaba robarla, Natasha recuperarla.

Reocorro mi mirada por todo el lugar, ajeno a lo conversación y la detengo en la entrada. Sin poder evitar elevar mi ceja izquierda.

La chica de ojos marrones y vestido ceñido azul, se dirigía hacia la entrada del jardin.

¿A donde creía que iba?

—¿Donde vas?—La pregunta de Jack suena a mis espaldas cuando comienzo a caminar hacia su dirección.

Pero lo ignoro continuando con mi camino.

Una mano se posa en mi antebrazo haciendo que me detenga. Sigo el recorrido de esa mano hasta el rostro de la persona que había tenido el valor de detenerme y me topo con una mujer de ojos verdes.

—Evil—Su murmuro tembloroso no pasa desapercibido cuando mis ojos la examinan.—È una partita perfetta, al tuo livello. [Es una combinación perfecta, a tu nivel.]—Aprieto mi mandíbula cuando pasea su mirada por mi cuerpo, refiriendose a mi traje.

Sofía Martinni. Contrabandista de armas. Era uno de mis principales contactos a la hora de suministrarme armamento militar.

Pero no por ello, podía tocarme sin permiso y mucho menos detenerme.

—L'ultima persona che mi ha fermato in questo modo è finita senza mano. [La última persona que me detuvo así, terminó sin una mano.]—Retira su mano con rapideza en cuanto acabo la frase.

Y vuelvo a caminar tras ver su rostro confuso y contraído.

—Señor.—Uno de mis hombre me asiente cuando me ve pasar el umbral de la entrada.

EVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora