¿6?

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Len - esta semana ah ido bien, el señor y la señora Kobayashi han cumplido con sus pagos, a pesar de seguir de viaje, eso ha hecho que las discusiones con mi madre disminuyeran, sin embargo, hay algo que aún me tiene bastante confundido. Se supone que la señorita Rin me odiaba, ¿a caso cambió de opinión tan rápido? Últimamente ha estado intentando estar más cerca de mí, y, ahora que asisto a la misma institución que ella, es aún más notable el que quiere ser cual chicle en mi zapato, o peor aún, como chicle en mi ropa, sí, de ese que no se quita muy fácilmente. Me encontraba pensando todo esto, acostado en mi cama, pues aún faltaban cinco minutos para irme a la casa Kobayashi, donde, por cierto, me siento más cómodo cuando se trata de charlar con Lili san.

Hoy es sábado, así que posiblemente la señorita Rin quiera asistir a una fiesta, sin embargo, lógicamente es algo que no puedo permitir por el momento, así que este será un día difícil.

Al entrar a la casa Kobayashi me dirigí a la cocina, pues se ha hecho una costumbre saludar siempre a Lili san, quien a esas horas (a las 5:00am) también está empezando a trabajar, incluso haciendo cosas extra como lavar vegetales previamente para cualquier ocasión y ahorrarse trabajo después. Así, cuando entré a la cocina, respiré hondo aquella buena vibra que emanaba el lugar, debe ser la presencia de Lila san.

Lila - ¡Len kun! ¡Vaya, que bueno que has llegado! Ayer me retiré más tarde de lo normal por algunos asuntos, y noté que la señorita Rin salió de la casa aproximadamente a las 11:30pm, sospecho que ella estaba esperando a que usted se retirara para asistir a alguna fiesta - dijo algo angustiada, en un tono que, como la mayoría de los actos de esta agradable mujer, sigo sin poder describir.

Len - ya veo, ¿a qué hora volvió?

Lila - no estoy segura, pero esta mañana, cuando llegué hace unos minutos, fui a verla a su cuarto, y ahí está, pero no se ve nada bien, incluso me ha pedido que me fuera de una manera un poco grosera, esperaba que usted fuese a ayudarla.

Esto podría afectar el dinero que me pagan...esto traerá más discusiones con mi madre, y no quiero eso. Puse ligeramente mi mano sobre el hombro de Lila san al mismo tiempo que me retiraba a ver a la mocosa Kobayashi. Su actitud podría causarme problemas.

Toqué la puerta, sin embargo nadie respondió, hice esto otras dos veces, pero, mi paciencia se agotaba, al no recibir respuesta, entré sin previo aviso. Rin estaba sentada en el suelo, cabizbaja y con una botella de agua natural a su lado.

Len - al parecer le ha ido bien en su fiesta - dije intentando controlar mi enojo.

Rin - no tienes idea, pero me siento tan extraña, es más, necesito decirte un secreto, ven, sientate frente a mí - dijo eso último golpeando el suelo ligeramente con la mano.

Rodé los ojos, hinalé la poca paciencia que me quedaba y me senté frente a ella, en el suelo. La señorita alzó la cara, se notaba algo extraña, definitivamente sigue ebria.

Rin - me divertí mucho - dijo por fin expulsando ese tono de un típico ebrio que ya no puede más.

Len - sin embargo no puede hacer eso.

Rin - ¿no me puedo divertir? - preguntó triste e infantilmente.

Len - me refiero a que no puede asistir a fiestas de esta manera, y mucho menos beber excesivamente.

Rin - vamos, no seas tan amargado como mis padres - dijo mientras se acomodaba de una manera extraña - tengo ganas de que me den mi primer beso.

Len - ¿q-qué? - dije abriendo mis ojos cual platos y mi ceja se arqueó.

De un momento a otro Rin empezó a reír como niña pequeña, se sentó sobre mis muslos y jaló mi corbata. De inmediato sentí cómo mi pulso se aceleraba, me sentí bastante extraño. Otras chicas con las que he trabajado han hecho cosas con el fin de besarme, pero al final nunca lo logran, y ninguna, debo admitir, ha llegado a hacer algo como esto.

Rin - anda, tienes que enseñarme a besar, eres mi mayordomo, ese es tu poder - dijo por fin soltando mi corbata para después colocar bruscamente su dedo índice contra mí pecho - es decir, tu deber - sonrió tontamente.

Len - s-señorita, no se ve muy bien, sería mejor que-

Rin - ¡anda! - exclamó en tono infantil - no seas amargado.

Len - señorita-

Rin - callate y besame - interrumpió - anda, no seas cruel, tienes que enseñarme a besar, ¿qué pasará si algún día consigo novio?

Len - lo dudo - dije entre murmullo y desvíe la mirada.

Es la verdad, dudo que consiga novio, al menos yo no lo sería.

Rin - anda - suplicó poniendo su dedo índice sobre sus labios - kiss me, stupid.

Len - s-señorita - dije intentando retroceder mi torso - sólo llevo una semana de trabajo y esto pasa, todo por no discutir con mi madre, juro que en cuanto no me necesiten me largo, esta tipa está loca - dije todo eso sin preocupación o atadura alguna, pues Rin estaba ebria y no recordaría lo que dije.

Cuando menos sentí, Rin cayó rendida sobre mi pecho, haciéndome caer contra el duro suelo - auhch - me quejé mientras ponía una mano en mi cabeza. Intenté levantarme nuevamente, rodé los ojos, y alcé a Rin en mis brazos, ocasionando que esta se acurrucara en ellos '¿qué hice para merecer esto?' me pregunté para mis adentros. Dejé a Rin sobre su cama, para así, verla dormir tranquilamente. Una de mis cejas se arqueó, sacudí mi camisa, acomodé mi corbata, y sin gesto alguno de educación mi regiré de su cuarto, cerrando la puerta de manera silenciosa para no despertarla.

En verdad que esta niña es un dolor de cabeza, las otras chicas con las que había trabajado no eran así, eran menos rebeldes. Sin duda esta se lleva el premio, pero, si quiero estar bien con mi madre, debo seguir con todo esto, bueno, al menos debo admitir que charlar con Lila san es lo único que me hace recuperar la paciencia por el momento.

Mi querido mayordomo...*rinxlen*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora