Hace alrededor de 24 años una mujer de raza blanca iba caminando por las calles de Seúl, era demasiado tarde para salir del trabajo, regularmente su horario de salida era más temprano. Pero hoy, la cafetería estaba llena por el cumpleaños de uno de los clientes frecuentes. El servicio que se daba duraba hasta las nueve de la noche pero dicha fiesta se había prolongado tres horas más a petición del dueño quien era amigo del festejado. Las horas extras le caerían bien .La señorita Lee era una chica de 23 años, camarera, soltera e hija abandonada por sus padres después de nacida. Toda su vida se la paso en el orfanato hasta que tuvo la edad suficiente para trabajar y salir al mundo sola. Rentaba un departamento cerca de la cafetería, no estaba lejos así que decidió caminar en lugar de tomar un taxi. Las calles estaban completamente solas por ese distrito. Las noches activas eran en el centro de Seúl, afortunadamente para ella ya que odiaba el bullicio de la gente. Siempre sola, se acostumbro a no tener que socializar mucho y vaya ironía, decidió trabajar en un lugar donde el contacto con otras personas era uno de las principales actividades.
El regreso a su casa fue tranquilo hasta llegar al callejón que tenía que atravesar todos los días .Era incomodo hacerlo, varios chicos a esa hora de la noche se escondían ahí para fumar o beber alcohol. La conocían muy bien y no la molestaban, pero aun así se ponía nerviosa y sobre todo por la noche fría y oscura. Tomo su suéter y lo cruzo pegándolo más a su delgado cuerpo, el frío le entumía hasta los huesos. Los chicos dijeron palabras altisonantes pero sin prestarle atención a ella.
Una sola calle faltaba para dar vuelta y llegar al edificio de doce pisos en el cual vivía. Su departamento era en el sótano, uno de los más baratos y fuera de los ruidos de la calle, para ella era perfecto.
Al cruzar la última calle, el alumbrado público se apagó, dejando todas las calles a oscuras. Sintió como alguien la tomo de la cintura y la pegó a su cuerpo, gritó y una mano le tapó la boca. Dos segundos después vio a un joven delgado, blanco y con los ojos de un color extraño. Se puso rígida por el atrevimiento, por muy guapo que estuviera el chico, no podía tomarse ese tipo de confianzas. Intento gritar de nuevo pero el chico en cuestión no se lo permitió. La beso a la fuerza y ella al sentir la saliva de chico dejo caer todas sus defensas. Jamás había sido besada y se sentía tan bien y tan querida que no opuso resistencia alguna.
El chico le pregunto qué hacia,a donde se dirigía y ella señaló el edificio, la soltó y la tomo de la mano .El sabia que la tenía a su disposición como todo en la vida. Siempre tan fácil que a veces aburría, pero se estaba acostumbrando a ello. Entraron al departamento y estando en el, vio en todo su esplendor a el chico. Era una especia de adonis, piel, cabello, ojos. Todo en el era perfecto, la voz ronca y masculina, y ese aroma que emanaba.
- Hola, mi nombre es Francesco. Porque andas sola a estas horas de la noche y en un barrio tan solo y peligroso?
- Acabo de salir de trabajar
- Vives sola?
- Si, por qué?
- Solo curiosidad
Solo eso basto para hacer lo que quería , ella no había dicho su nombre pero no importaba , lo único que importaba es que estaba sola y no había ningún impedimento para realizar sus atrocidades .
La trato bien al principio , antes Francesco se tocaba más el corazón y trataba a sus víctimas como los humanos que eran y no como su comida . Ella era diferente, su belleza era tan simple que la hacía relucir . Francesco la trato con todo el amor posible cuando tuvo sexo con ella , para después beber de su sangre . Fue ahí donde las cosas se pusieron violentas . La burbuja en la que estaba inmersa no la dejaba percibir el peligro que estaba corriendo con aquel extraño . Hasta que vio su sangre correr por sus muñecas , su pecho y el cuello . Grito , lloro y trato de alejarse pero ya era demasiado tarde . Francesco rodó los ojos . Siempre lo mismo , no podían quedarse tranquilos unos segundos antes de que los matara . Ellos mismos daban fin a su existencia con toda esa histeria . Si fueran pacíficos y le dieran tan solo su sangre sin la necesidad tener que luchar por ella , todo sería diferente . Hasta podría dejarlos con vida y sin tanto alboroto .