18 años: Ella

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Sergio y yo habíamos salido. Él se había empeñado en ir a una discoteca, cerca de la Plaza Olavide. A mí no me apetecía nada. Había estado alguna que otra vez, y sabía que había muchas probabilidades de encontrarme con Adrián. Después de un año entero sin saber de él, todavía no estaba preparada. Aunque me gustaba mucho Sergio, sabía que si veía a mi exnovio, lo iba a pasar, muy, pero que muy mal.

Y no me equivoqué. Adrián estaba en la puerta, charlando con el "puerta". Cuando me vio con Sergio, se sorprendió.

-Hola Paloma, cuánto tiempo.

-Hola Adrián. ¿Cómo estás? Te presento a Sergio. -le dije señalando a mi actual novio- Sergio, este es Adrián.

-Encantado, Sergio.

Se saludaron con un apretón de manos, y Sergio entró en la discoteca.

-Voy en un momento, Sergio, ¿vale?

-Si, claro, te espero en la barra. ¿Te pido lo de siempre?

-Sí, gracias.

Y me quedé a solas con Adrián. Lo miré de arriba a abajo. Seguía igual de guapo que siempre, pero parecía cansado.

-¿Tienes novio nuevo? -me preguntó.

-Bueno, digamos que es un amigo muy especial. Todavía no sé si llamarlo novio.

-Vamos, que os habéis enrollado y nada más.

-Algo así, pero, ¿por qué tienes tanto interés?

-No es que tenga interés, es que lo he visto más veces por aquí.

-Ya, y seguro que lo has visto con otras chicas, ¿verdad? Ya sabes que yo no soy celosa.

-Lo sé, lo sé. Yo no digo nada. Y él, ¿es celoso?

Según decía eso se acercaba más a mí.

-Adrián, ¿qué haces? Tú y yo ya no estamos juntos, y no quiero hacer nada de lo que nos arrepintamos.

-Bueno, yo seguro que no me voy a arrepentir. Te he echado de menos.

-¿Y por qué me dejaste?

Me cogió por la cintura con un brazo. Ya estábamos muy juntos, y con la otra mano, me cogió por la barbilla y me besó. Un beso suave, en los labios, sin pretender nada más. Y un escalofrío recorrió mi espalda.

Cerré los ojos, me aparté, y casi corriendo, llegué al interior, donde Sergio me esperaba con cara divertida.

-¿Ese es tu ex? ¿Un portero de discoteca?- me preguntó.

-Si, es mi ex, pero no es un portero de discoteca.

-Pues estaba en la puerta, así que me dirás qué es.

-Estaba hablando con el puerta, sí, pero porque es un amigo. Adrián estudia y juega al fútbol de forma profesional.

-Ya, y yo soy campeón de boxeo.

-Como quieras, Sergio. No voy a discutir.

Me reí y me encogí de hombros. Y lo supe. Jamás iba a olvidar a mi primer amor.

Almas unidas, vidas separadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora