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Cameron Dallas (Cute)

Estábamos en clase, a tercera hora antes del recreo. Sara y Cameron no dejaban de hablar y yo estaba celosa. No me gustaba nada, ya que Sara zorreaba con cualquier cosa que se moviera. Me enfadé e ignoré a Cam por el resto de recreo.

No dejaban de hablar y de reírse. Al entrar de nuevo a clase Cam se sentó a su lado y yo giré los ojos, me vio. Vaya, que casualidad.

Cuando tocó el timbre me levanté de mi asiento enfadada. Casi al salir por la puerta Cam me agarró del brazo.

-¿Que quieres Cameron?-Dije normal.

-¿Estas enfadada?

-No, solo estoy cansada. Hasta mañana.- Me soltó y me fui.

Al día siguiente ni saludé a Cam cuando le vi en el instituto. La cosa estaba un poco tensa en realidad.

Vi que se iba a poner al lado de Sara pero que justo llegó el compañero que faltó ayer. Sonreí para mis adentros. El compañero de mesa de Dylan estaba solo, así que aproveché para sentarme a su lado. Cam sabía que yo le gustaba a Dylan.

Pasé prácticamente todo el día hablando y coqueteando con Dylan. Cameron parecía molesto e incluso me ignoraba. ¿Estaba celoso?

Al salir del instituto me estaba despidiendo de Dylan. Me dio un beso en la mejilla y se fue con su moto.

-¿Ahora eres su amiga?- Me cogió del brazo. Siempre lo hacia.

-¿Que te importa, Cam?

-¡Oh, vamos ___ claro que me importa!

-¿Acaso Sara te la ha chupado ya?- Dije y de un movimiento brusco me solté de su agarre.

-Lo que me hagan no te importa, princesa.- Me mostró su sonrisa prepotente.

-Igual que a ti no te importa quienes son mis amigos. Adiós, Cameron.

-Si me importa.- Me acercó a él y podía sentir su cálido aliento sobre mis labios.-

-Alguien esta celoso...- Intenté parecer indiferente.

-Sabes que no me gusta Dylan.

-Bueno, lo que importa es que me guste a mí.- Se estaba poniendo nervioso. -Ve a darle amor a la puta de Sara.

-Yo solo quiero darle amor a una persona. A ti.- Y sin dejarme contestar me besó. Y por supuesto yo le seguí.

Esto estaba siendo tan genial. No quería parar. El mejor beso de mi vida.

-Esto si que me gusta.- Le dije.

-Podría ser así siempre.

-¿Que lo impide?

-¿Quieres ser mi novia?

-Si.- Y antes de dejarle hablar le besé.