Matt y yo llevábamos algo más de dos años saliendo cuando lo dejamos. Fue algo mutuo que no nos costó mucho decidir y, ya que cada uno iba a tomar caminos diferentes, sería mejor estar separados por algún tiempo y si en el futuro teníamos que reencontrarnos que nos acordáramos todo lo bueno de nuestra relación y no de todos las peleas sin resolver que teníamos.
La última vez que le vi fue, precisamente, hace un año y algunos meses en Nueva York. Él se encontraba allí por temas de trabajo y yo había ido con mi amiga Andrea de vacaciones. Nuestro encuentro fue de lo más natural posible y no había ningún signo de hostilidad por parte de ninguno y hoy nos volveríamos a encontrar pero en San Francisco, donde yo vivía y el estaba de vacaciones visitando a unos familiares cercanos. Decidimos volver a quedar ya que sería buena idea hablar como lo hicimos hace un año.
Me miento a mi misma si digo que no estoy nerviosa, el hecho de verle me producía mariposas en el estómago ya que en alguna parte de mi mente seguía pensando que nuestra historia tenía futuro. Conduje hasta la cafetería en la que habíamos quedado con manos temblorosas y aparqué lo más lejos posible para mentalizarme de que lo iba a ver. El frío viento de finales de octubre chocaba contra mi cara e intentaba refugiarme en mi bufanda gris y el cielo se cubría de nubes grises que avecinaban alguna que otra gota de agua. Llegaba diez minutos tarde gracias a mi decisión de aparcar algo más lejos que sonaba una buena idea en mi cabeza pero lo único que hice fue ponerme más nerviosa, si cabe.
-___, estoy aquí.- La voz de Matt resonó en mi cabeza como si tuviera un altavoz pegado a mis oídos justo al entrar en el local, miré hacia la derecha y allí estaba.
Me tomé un minuto para analizar su expresión. Los labios entrecerrados y los ojos muy abiertos. Corrí hacia él para abrazarle. Sus brazos me envolvieron fuertemente, como si tuviera miedo de que algo me pasara si me soltase. No sabía donde iba a poner mis manos ya que viajaban a lo largo y ancho de toda su espalda y mi cabeza estaba enterrada en el hueco de su cuello.
-Matt...- me separé de él y cogí su cara entre mis manos
-Hola- me dijo sonriendo.- Te he echado muchísimo de menos.
-Y yo a ti, tonto- me reí.
-¿Cuanto hace que no nos vemos? Un año y medio casi, ¿no?- asentí mientras nos sentábamos.
-Exacto, nos vimos un año después de dejarlo y hasta ahora.
-Si, es verdad- sonrió triste.- y que tal te va.
-Muy bien, me queda un año y algo para acabar la universidad y con suerte cuando salga podré empezar a trabajar en el bufete de la madre de Andrea, aquí, en Sanfran. ¿Y tú?
-Bueno ya sabes, lo mismo de siempre, me concentro en mi canal de youtube y en los trabajos secundarios, nada en especial- se rió.
-¿Y que tal están los chicos? Sigo hablando bastante con Nash pero de los demás se poco.
Nos quedamos hablando hasta que cerraron la cafetería y después fuimos a mi apartamento, pedimos la cena y seguíamos hablando y hablando. Quien nos iba a decir que podían haber pasado tantas cosas en un año, pero la cosa se tornó tensa cuando empezamos a hablar de nuestro noviazgo.
-Venga, Matt, no puedo creer que te acuerdes de eso- me reí.
-Claro que me acuerdo, casi cancelé un show por eso.- Volvió a reir, como esta conversación no acabara pronto mi yo enfadada iba a salir...-Aun así fueron buenos momentos que repetiría mil y una veces.- le miré
-Yo también.-
Entonces la atmósfera de la habitación se tronó de incómoda a caliente. Matt y yo nos mirábamos a los ojos sin apartarlos ni un segundo y fue cuando los dos tomamos el valor de lanzarnos. Nuestro labios se juntaron y ahí fue cuando mi cuerpo no obedecía a la parte ética de este mismo que le decía que lo que estaba haciendo, en parte, estaba muy mal.
Cuando al día siguiente desperté con Matthew a mi lado, sin ropa y sin nada que esconder ante mi me di cuenta de que esta oportunidad no se me iba a pasar, nunca más.

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Imagina Magcon
FanfictionHola! Bueno voy a hacer unos imaginas porque creo que es buena idea! Así que espero que los disfrutéis