Capítulo 6.

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—¿Todavía seguís aquí?' - les pregunté a las chicas al llegar a la habitación.

—Eh, que a parte de cotorrear hemos hecho los deberes. - se defendió Sam.

Hostia, los deberes.

—Bueno, ¿ahora puedes explicarnos porque antes has llegado, te has despelotado, me has cogido las llaves del coche y te has pirado? - preguntó Demi.

—Ah, es que me he apuntado a una academia de canto. - dije soltando las llaves y yendo a por el libro de Economía.

Se callaron.

—¿Y eso? - dijo Demi.

—¿Qué pasa? - solté, sorprendida - Tu más que nadie sabes que adoro cantar y que no se me da mal.

—Y bueno, ¿qué tal el primer día? - preguntó Katie.

—Mmm... Dejémoslo en interesante. - dije cogiendo el boli y echándole un ojo a los deberes de Demi.

—Señorita Devonne, es hora de ir a desayunar, que tengo hambre. - intenté despertar a Demi.

Apartó la sábana y se sentó en la cama, con los ojos entrecerrados.

—No me explico como puedes comer tanto y tantas porquerías y seguir siendo tan pequeñita. - dijo levantándose, revolviéndose el pelo y yendo hacia su armario.

Yo ya estaba vestida y arreglada.

Llevaba el uniforme con unas botas de tacón marrones por la espinilla. Llevaba el pelo recogido en un moño bajo y con los mechones del flequillo sueltos. Y me había maquillado sencillamente.

Demi se había hecho una trenza de espiga al lado y llevaba el univorme con unas medias transparentes oscuras y unos botines de tacón de cuña. También iba maquillada sencillamente.

Localizamos facilmente a nuestras amigas, puesto que siempre se sentaban por la misma zona.

Fuimos al buffet a coger nuestro desayuno; el mío era una copa de té inglés con un croissant de mantequilla y un zumo de manzana natural. Y Demi un café con leche y un puñado de cereales integrales.

—Desayunas muy poco. - le dije a Demi.

—Y tú mucho. - me contestó.

—Hoy tienes canto, ¿no? - me preguntó Anne untando mermelada de albaricoque en su tostada integral.

—Sí, el martes, viernes y domingo. - le contesté dándole un sorbito a mi té.

—¿Qué os parece si el domingo, cuando Cher vuelva de canto salimos a cenar? - propuso Katie.

—¡Por mí sí! Lo pasaremos bien. - dijo Sam con una sonrisa.

Demi y yo nos miramos y asentimos mutuamente.

—Voy al baño, ahora vengo. - les dije a las chicas, levantándome de la mesa bruscamente.

—Suele pasar cuando te tomas un té y tres vasos de zumo. - saltó Anne.

—No me juzgues. - dije apuntándola con el dedo y saliendo a toda prisa por la puerta.

No corrí, pero me puse a andar a paso ligero.

Tengo la vejiga más pequeña que la de un hámster.

Estaban todos los baños libres, así que entré al primero.

Lo solté. Al fin.

Cuando me giré a coger el papel, escuché unos pasos.

Todo bien hasta que vi unos zapatos de hombre muy familiares.

Abrí los ojos como platos. ¿En serio? Esto debe ser denunciable.

Me limpié, me lo coloqué todo y salí con la vista al frente.

—Eh, Cher. - dijo encendiéndose un cigarro.

—Dime, rizos. - le contesté, todavía con la vista al frente.

—¿Podemos hablar? De compañero a compañera de canto.

Solté un profundo suspiro.

—Está bien. - giré la cabeza hacia él y fui donde se encontraba - Dame una calada.

—A ver, como comprenderás yo tengo una reputación - dijo ofreciéndome su cigarro.

—De capullo, pero sí. Sigue, - dije devolviéndole el cigarro.

Le dio una profunda calada, soltó el humo y continuó:

—Quiero mantener mi reputación de capullo, como dices tú, y los capullos no cantan.

—Ya me lo imaginaba, por eso no he dicho nada, tranquilo. Sigues siendo el mayor capullo de Bradford.

—Buena chica.

Puse una cara de asco increíble.

—No soy una perra.

—Eso ya lo sé. Si lo fueras el mismo día que llegaste ya nos habríamos acostado.

Puse los ojos en blanco.

Le quité el cigarro de la boca y le di la última calada que le quedaba. Lo tiré al suelo y lo pisoteé.

Cuando estaba en la puerta del baño, dispuesta de volver al comedor, dijo una última cosa:

—Si por alguna casualidad de la vida te preguntan donde estoy un día de canto, di que estoy en boxeo.

—Vale. - le contesté, ya yendo por el pasillo.

**

—Harold, ¿hace un Fifa? - dijo Niall tirándome uno de los tres mandos.

—Imposible. Tengo que irme ya a boxeo, que no llego. - le devolví el mando.

—¿No te machacas mucho? - preguntó Zayn, cogiendo el mando que le di a Niall.

—Este cuerpo no es por comer hamburguesas. - dije cogiendo el casco de la moto y saliendo por la puerta.

Me enfundé el casco y la vi montando en aquél 4x4 negro. Llevaba unas gafas de sol grandotas. Parecía una famosa yendo al estudio de grabación.

Llegué unos minutos antes que Cher, así que tenía un pequeñísimo  momento para ser Hazza, y no Harry.

Entré y los saludé a todos con mi sonrisa amable.

Fui a Beth y le di un beso en la mejilla. Y ella me revolvió los rizos. Era como una segunda madre para mí (quince años más joven).

A los treinta segundos, entró Cher mostrando su desarreglada sonrisa y quitándose las gafas. Saludó a Mike y Melissa y se sentó junto a Beth.

—Bueno, ahora que ya estamos todos, empecemos. Aunque esto es una clase de canto, en los escenarios hay que interpretar y saber moverse. Y de eso va a tratar nuestro primer ejercicio; de moverse. Voy a poneros en parejas e iré poniendo diferentes estilos de música; rock, salsa, reggeaton, etc. Y vosotros tenéis que bailar dicha música con vuestro compañero.

Cher bailando reggeaton conmigo. Restregándose contra mi cuerpo. Me encanta.

—A ver, voy a hacer las parejas. Menos mal que sois seis chicos y seis chicas. - soltó una risita.

Dijo cuatro parejas y Cher y yo seguíamos sin.

—Cher con... - Harry - Mike.

¡¿Qué?!

—Y Harry con Stacy. Vamos, todos a la sala cinco, y dispersaros.

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Holi, una cosita: perdón por las faltas de ortografía y eso. Es que escribo sin mirar y casi no repaso el texto. Un beso :)

I'm tired of myself.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora