—¡¡¡DEMIIIIIIIIIIIII!!!
—¡No chilles, verdulera! - dijo ésta apareciendo en el cuarto de baño, que era desde donde yo la llamaba.
—Déjame tu rimmel, no encuentro el mío. - dije dándole un repaso a mis labios con gloss.
—Normal, con la de cosas que tienes. Está en mi neceser. - dijo calzándose unas botas no muy altas negras. La pobre se comió el armario.
—Graaacias. - dije cogiéndolo y dándole un aumento a mis pestañas.
—No entiendo por qué te pones gloss. Sabes que ahora tenemos que ir a desayunar, ¿no? - dijo alisándose la falda del uniforme.
—Ups. Bueno, no importa, luego me los repaso. - le constesté. Ella puso los ojos en blanco y fue saliendo de la habitación.
Me calcé rápidamente unos botines negros con unas medias grises, como la chaqueta del uniforme, hasta por encima de las rodillas, y me puse mi pañuelo negro con calaveras. Adoraba ese pañuelo.
Ambas salimos y nos dirigimos al comedor del edificio de las chicas.
Entonces, cuando llegamos justo a la puerta que separaba el comedor de aquél tétrico y silencioso pasillo, me paré en seco.
—¿Qué pasa? - me preguntó Demi.
—Tengo miedo. - dije quieta sin mover más músculos que los de la cara.
—Ya lo hemos hablado, cielo. Esto no es el instituto. Aquí la gente es más madura y no te van a criticar por como viste. Y si lo hacen, que tiemblen porque Demetria is in da jaus.
Esa es la razón por la cual esta chica es mi mejor amiga. Me lancé a abrazarle y le susurré un "te quiero" al oído.
Le acaricié sus tatuajes "stay" y "strong" de las muñecas y por fin nos adentramos al comedor.
Pero algo iba mal.
—¿No se supone que esto es el comedor del edificio de las chicas B? - le dije a mi amiga casi en un susurro.
Estábamos las dos paradas sin movernos delante de la puerta; y es que ese comedor era muy grande y a parte la mitad eran chicos.
De repente se nos acercó una chica que estaba sentada en una mesa cerca de donde estábamos nosotras pasmadas.
—Hola, sois nuevas, ¿no?
—Ehm... Sí. ¿Este no se supone que es el comedor del edificio de las chicas B? - le preguntó Demi un poco confusa.
—Habréis entendido mal. En realidad es el comedor del edificio B. El edificio B es por un lado de chicas y por el otro de chicos, así que compartimos comedor.
—Ah, vale, muchas gracias. - le contestó Demi.
Localizamos el buffet y nos dirigimos para allá, pero antes de dar dos paso esa chica nos cogió del brazo y:
—Soy una maleducada, no me he presentado; me llamo Katie. - nos dijo con una sonrisa amistosa.
Katie era una chica de mi estatura más o menos. Su piel era morena, pero tampoco mucho. Era rubia teñida, como Demi. Tenía una voz muy dulce y angelical, transimitía mucha paz. Era la típica chica que con mirarla ya te caía bien.
—Yo soy Demi - se presentó mi acompañante, dándole dos besos.
Y al cabo de diez segundos de silencio incómodo, me presenté yo.
—Ah, y yo soy Cher, encantada. - dije dándole dos besos también. No me hacía falta colorete, porque ya estaba bastante roja.
—¿Queréis sentaros con nosotras? Supongo que no conocéis a nadie más. - nos ofreció Katie. Demi asintió, me miró y después asentí yo.