Capítulo 16.

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Rodé los ojos y tiré el móvil hacia mi cama.

Me dirigí a mi cartera y cogí la libreta de Matemáticas. No mentí a Zayn y Niall, ya que realmente tenía que estudiar. Bueno, en realidad solo repasaría hasta que Cher llegase.

Las ecuaciones me aburrian tanto que estuve a punto de dormirme sobre los apuntes. Por suerte, un puño tocando la puerta lo evitó.

Me levanté de la silla de un bote. Miré mi reloj: las cuatro de la tarde.

Bostecé, y me arreglé los rizos de camino a la puerta.

Abrí la puerta esbozando mi sonrisa más sincera, que se transformó en una mueca fría y con ira al ver a la persona que había tras la puerta.

Estaba apoyada en el marco de la puerta, mordiéndose una uña de forma coqueta y sonriendo maliciosamente.

Cerré la puerta, dejando solo el hueco que ocupaba mi cuerpo.

—¿Qué? - pregunté de forma fría.

—Se dice "hola". - contestó con sarcasmo.

—No, se dice "piérdete".

—¿Me has echado de menos? - dijo dejando caer su dedo y acercándose más a mí.

—Para nada, ¿algo más? - contesté rígido.

—¿No me invitas a pasar? - dijo todavía más cerca de mí.

—Estoy esperando a alguien. Vamos, que aunque no la esperase tampoco te dejaría pasar.

Su expresión coqueta pasó a ser asqueada.

—¿Sigues detrás de la pitufa? Por Dios Harold, ¿tan trastocado te dejé que has tenido que bajar tanto el listón?

Reí sarcásticamente. Realmente sí me había dejado trastocado, pero me negaba a reconocerlo.

—¿Qué tal si te vas? - le "ofrecí".

—No creo que quieras que me vaya. - dijo estirándose hacia mí, poniendose a mi altura.

Acercó su cara a la mía, y yo retroceí dos pasos.

Ella volvió a su estatura normal, e hizo una mueca de "vamos, no te resistas".

Retrocedí otro paso, tratando cerrar la puerta, aunque no pude ya que un tacón color escarlata lo impidió.

Abrió la puerta de par en par y pegó un salto a mi cintura, pegando sus labios pintados de rosa a los míos.

Intenté separarme, pero ella entrelazó sus dedos tras mi nuca, pegándome más a ella.

También traté de bajarla de mi cintura, pero sus piernas también estaban entrelazadas y pegadas a mí.

El carraspeo de una garganta nos interrumpió. Mejor dicho, "la" interrumpió.

Ella se bajó lentamente, alisando su mini falda y quitando la saliva que quedó en sus labios.

—Uy. - se disculpó falsamente.

Cher le echó una mirada fulminante, y después la repitió sobre mí.

—Si estás ocupado vuelvo en un rato. - dijo mirando al suelo.

—No tranquila, yo ya me iba. Adiós, amor.

**

Al ver a Harry magrearse con esa rubia hueca, noté como si me hubiesen metido tres cubitos de hielo en la espalda. Mi estómago se revolvió, haciendo subir los jugos gástricos por mi esófago. Quería echar a correr a mi habitación, no sin antes darle una bofetada a Harry por haberme mentido sobre si tenía novia. Pero mis pies no se movieron.

"¿Qué más da?" me dije a mí misma. "Como si es actor porno. Tú has venido a hacer una tarea".

Los tacones de la rubia retumbaron por los silenciosos pasillos. 

Una vez que dejé de escucharlos, mis pies caminaron hacia la habitación de Harry.

Me senté sobre su cama. La misma cama donde habia dormido desnuda hacía apenas unas horas.

—¿Has pensado en alguna canción? - le pregunté a Harry.

Éste cerró la puerta y se sentó en la cama enfrente donde yo estaba sentada.

—Cher, te juro que Katerina no es mi novia.

Katerina. Katerina. Ese nombre iba a estar retumbando en mi cabeza por mucho tiempo.

—Había pensado en una canción en los que dos cantásemos. No me apetece rapear.

—Creéme, por favor. - dijo con voz de arrepentimiento.

Por un momento quise creérle, pero desvié la vista hasta sus labios, donde tenía pintalabios rosa chillón difuminado por toda la boca, y un instinto me dijo de mentía.

Mi expresión facial se hizo triste.

Me topé con sus ojos verdes y noté una conexión. La piel de mi nuca se erizó.

Me tragué el nudo que se me había formado en la garganta y dije:

—¿Qué te parece Broken Strings de Nelly Furtado y James Morrison?

Suspiró y buscó mi mirada, pero yo la desvié.

—Está bien.

Después de una hora ya habíamos ensayado lo suficiente como para que no nos abuchearan. Sinceramente quería que nos saliera perfecto, pero no aguantaba más tiempo estar allí.

Me dirigí a la puerta, esperando que Harry me acompañara. Peró se quedó en la cama sentado, con los codos apoyados en sus muslos y su cara hundida entre sus manos.

—¿Quieres que mañana te lleve a la academia? - me dijo antes de que cerrara la puerta, sin cambiar de postura.

Estuve un tiempo pensando: no me había sido infiel, ya que no estábamos saliendo. No tenía derecho a enfadarme con él, era su vida. Me molestaba por la mentira y porque sentía un sentimiento extraño hacia él, pero ya está. ¿Por qué me iba a perder un paseo en moto?

—Claro. - dije, y después cerré detrás de mí.

**

Segundos después de que Cher se fuera, volvió a sonar un puño contra la puerta.

Tuve la esperanza de que fuera ella diciendome que estaba dispuesta a escucharme.

Me levanté y casi corrí hacia la puerta, pero era Katerina de nuevo.

—¿Qué coño haces aquí otra vez? - dije con ira.

—Harold, tienes que liberarte de toda esta tensión. -dijo posando sus manos sobre mis hombros y masajeándolos- Y yo sé cómo. - recibí un guiño por su parte.

Meses atrás ese guiño me hubiera excitado, pero ahora mismo solo me provocaba náuseas.

—Si no te importa, tengo que estudiar. - dije agarrando la puerta para cerrarla. 

Ella se dio media vuelta y se fue por el pasillo, haciendo resonar sus tacones rojos, no antes sin decir:

—Dentro de poco me estudiarás a mí. De nuevo.

I'm tired of myself.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora