Durante la cena mi madre hablo con mi padre y le contó todo lo sucedido, quería expresarme pero ambos no me dieron la oportunidad, así que los dos me impusieron un castigo de diez días por haberme fugado. Contaría con la ayuda de mi hermano, quizás diez días no fueran nada, pero quizás me volvían a descubrir fugándome el castigo fuera mas grande.
Decidí ese día arriesgarme y escaparme en búsqueda de la niña de mis sueños, decidí arriesgarme a confesarle mis sentimientos y decidí arriesgarme a todo por ella. Sentía que el peor castigo no sería el que mis padres me hubiera impuesto, el peor castigo para mi seria que Jenny se fuera de viaje y no supiera nada de mis sentimientos, se enamorara de alguien más a donde fuera o lo peor... que ella ya no volviera. Ese sería mi peor castigo.
No quería pensar en esa posibilidad tan real, actué lo más normal durante las primeras horas del día, desperté, desayune, ayude a mi madre a hacer limpieza, me fui a mi cuarto y jugué unos veinte minutos a los videojuegos, luego leí el libro que le habían regalado a Jacob y que jamás leyó. En la tarde almorzamos espagueti con albóndigas, después de almorzar vimos un momento televisión con mi hermano Jacob y Darla.
No habíamos platicado nada acerca del plan de ir a ver a Jenny, además no podía decirle a Jacob cuando mamá estuviera cerca nada, ni una sola palabra.
—¿Estarás listo Jona? Me preguntó Jacob en voz baja sentado a mi par en la sala.
—¿Para qué? —Le pregunté también en voz baja, aunque sabía que es lo que me estaba preguntando.
—Para fugarte en la tarde —me siguió diciendo mientras mirábamos caricaturas.
—Si... eso creo pero no lo digas.
—Lo siento.
—Okay.
—Pero si estás listo para ir a ver a tu novia —me preguntó y me desconcertó.
—¡No es mi novia! —le dije levantando un poco la voz.
—¿Me hablaste Jona? —me preguntó mi madre desde la cocina. Esperaba que no hubiera escuchado nada.
—Shh, cállate Jona o quieres que mamá se entere —me dijo en susurro nuevamente Jacob y me tapo la boca.
Esta vez era yo quien estaba a punto de arruinar mi fuga.
—¡No es nada mamá, solo me emocione con la televisión! —le contesté a mi madre.
—Entiendo.
—Estás loco Jona, no lo vuelvas a hacer me dijo Jacob quintándome el control de la televisión y le subió el volumen.
—Es que tú dices cosas que no son ciertas —le respondí cabreado.
—Pero cosas qué te gustarían fueran realidad.
Claro que anhelaba que Jenny fuera mi novia, pero tendría que esperar hasta la tarde para ir a su casa y preguntarle si le gustaba yo.
Las siguientes horas transcurrieron normalmente a excepción de que mamá ya no tenía esa mirada de confianza puesta en mí, eso me hacía sentir mal, pero sabía que era por una decisión mía, mi decisión de ir en búsqueda de lo que me parecía mis sueños hechos realidad en una niña.
La mirada de mi madre era cortante, me hacía sentir incomodo, sabía que había arruinado todo, pero era por algo que sabía que era muy importante.
Quizás la vida nos pone esas pruebas tan difíciles para ver si en realidad merecemos estar con esa persona tan especial, es una forma ilógica, lo sé, pero... lo que lo que se quiere en realidad, se tiene que buscar, no importa las dificultades, se tiene que lograr.
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Nuestro Pequeño... Para Siempre.
RomanceEl creyó que esperarla era lo mejor. Aunque el destino los hubiera a reunir de nuevo, ya nada seria igual, cuando menos el lo espero, todo cambio. Todo empezó cuando tenia nueve años, se enamoro de una chica de su mismo salón, desde ese día ya lo ú...