Capítulo 20

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Ese beso fue el mejor remedio para todo lo malo que nos separó algún día, esa noche fue tan mágica, caminamos tomados de la mano y observamos la luz de la luna y las estrellas, decidimos sentarnos y compartir un algodón de azúcar mientras nos veíamos sin que nada ni nadie nos importara.

Después de dos horas decidimos regresar cada uno por su lado, ella a la casa de su prima Alice y yo a la habitación compartida con el tarado de Liam, a pesar de todo es un gran amigo y no lo cambiaría por nada.

La acompañe hasta la entrada de su casa, no quise ser un imprudente, esa trayectoria del parque hasta la casa la acompañe y me sentía el hombre más feliz del mundo, una sensación indescriptible, no hubo alguna otra cosa que me hiciera olvidar ese gran momento y lo juro siempre lo tendré grabado en mi mente hasta la eternidad. Llegar al cuarto y pensar en ella fue épico, aun con las preguntas sin sentido de Liam.

El noto en mi rostro la sonrisa, lo cual significaba que todo salió bien pero no le conté todo lo que sucedió, no es de caballeros...bueno en realidad no pasó nada que no se pudiera decir pero quería reservármelo para mí.

La noche nos atrapo, mis sueños ya no eran más sueños, ahora eran realidad, mis ideas no me dejaban dormir y mucho menos la sensación de felicidad que me salía por los poros de mi piel. Morfeo se apiado de mí, o acaso no quería que esa noche durmiera y solo tenía que pensar en Jenny.

Aunque ella supiera quién era yo y no lo dijera no me interesa, lo que si me interesaba era que ella se enamorara de mí como yo lo he estado de ella hasta el día ahora. Viendo el reloj note que eran las tres de la mañana y era cuando mis ojos ya no soportaron más la presión del sueño y se cerraron así cayendo en sueño. Dormí unas pocas horas pero no lo note en mi cuerpo, solo quería poder verla en clases, me aliste lo más rápido y me estaba a punto de ir a clases cuando Liam me detuvo.

—Oye viejo ¿no me esperaras? —Me preguntó poniéndose una playera verde.

—Pensé que no ibas a ir a estudiar el día de hoy también —le contesté sonriendo.

—Un día es suficiente de descanso, pero ¿por qué quieres llegar tan temprano?

—Siempre me ha gustado llegar temprano —le respondí elevando los hombros.

—Será acaso por esa chica rara... o que diga "Jenny" ¿Por qué si estás seguro que es ella? Verdad Jona —me contestó frunciendo el ceño.


—¡Si es Jenny! —Le contesée aun sonriendo—. Y como te explique, ella sabe un poco quien soy, pero quiere enamorarla, sabes que te dije que me odia.

—Si lo he notado viejo, pero acaso los dos están locos para estar con esos jueguitos de te conozco pero hagamos como si no nos conocemos.

—Eso no te incumbe —le respondí cruzándome de brazos—. Si no te das prisa te dejo

—Está bien señor amargado, espérame solo me pongo el cinturón y nos vamos.

Esperé a Liam hasta poder irnos, apresure el paso y Liam tuvo que hacer lo mismo, no podía creer mi emoción por verla.

Al entrar al salón note que ella y otros cinco chicos estaban ya sentados en sus lugares, note también que estaba Jared conversando con otros dos chicos y una chica de tez morena a quien escuche reírse con los demás.

Jared me sonrió y se acercó a mí estrechando mi mano con la suya y dándome un abrazo, al abrazarme y darme unas palmadas en la espalda me susurro al oído:

—Viejo eres una sensación ahora —me separe de su abrazo y lo mire con una cara de confundido.

—¿De qué hablas? —le pregunté mirando a todos lados.

Nuestro Pequeño... Para Siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora