No había estado tan emocionado desde el día en que asistí a la casa de Jenny, y dada la casualidad mi emoción nuevamente fue por la niña de la dulce mirada: Jennifer Ann Stewart. Después de tanto tiempo mi sueño se hizo realidad, mi primera cita con la que era la chica de mi vida.
Los dos estábamos jugando a un juego peligroso en donde alguno de los dos podría salir lastimado, no quisiera nuevamente volver a perderla. Si ella me odiara como dijo Alice, debo tratar de ser lo más precavido posible.
No sabía qué pasaría, pero pasara lo que pasara, solo quería que sucediera ya, junto a ella. No es la misma chica, definitivamente, había cambiado su forma de ser, vestir y vivir la vida, ¡pero qué demonios! eso a mí no me interesaba, solo quería estar junto a ella. Yo seguía sintiendo a la misma niña de cabello rubio con su diadema roja, la niña que todos los días sonreía, la niña de la que me enamore, es tonto pensar qué sea solo un capricho pero no me interesa como este por fuera, yo solo quiero recuperar a la chica que me hacía sentir todo eso desde su interior.
Intentaba poder entender que tenía que actuar como si no la conociera, pero me era tan difícil, pero tenía que hacer todo lo posible para poder ganarme su confianza y terminar siendo su amigo o algo más.
Volví a la realidad de un solo golpe después de mi pequeña fantasía al oír el sonido de la bocina de un automóvil que paso justo en ese momento, estaba a solo unos metros nuevamente de mi felicidad.
Cruce la última calle y me dirigí hacia el restaurante que se encontraba justamente enfrente de donde sucedió la magia, nuestro primer beso, vi por el vidrió con la esperanza de poder ver si Jenny ya se encontraba adentro y logre apreciar una silueta parecida a ella sentada en una mesa al fondo, cerca de una gran pecera. Decidí entrar.
Entre al restaurante, estaba, me acerqué lentamente hasta la mesa del fondo, ella se encontraba leyendo un libro. Ella me habló con ese tono dulce que te atrapa, ese tono ya no era el mismo del que medio ayer y el día de hoy en clases, su voz se transformó de una canción de rock a una balada.
—Sabes... es raro que un chico llegue luego a su cita —me habló detrás del libro sin mirarme.
No podía creer que notara mi presencia aun leyendo. Tartamudeando sin saber que responderle le lance una aguda respuesta
—¿Cómo te diste cuenta que era yo?
—Tengo un sexto sentido —me contestó bajando su libro y mirándome con sus ojos azules detrás de las mismas gafas que usaba.
—¿Enserio? —Le pregunté confundido—. ¿Cómo es eso?
—Claro que no tonto..., te vi cuando estabas entrando —me contestó poniendo su mano derecha en su mejilla.
Con la boca abierta si saber que responder me quede en silencio un momento.
—Y qué ¿no piensas sentarte o te quedaras parado toda la cita? —me respondió sarcásticamente.
—Perdón—le contesté y moví la silla que estaba justo enfrente de ella para poder sentarme.
—Es raro esto...
—Raro ¿qué cosa? —le pregunté observando a todos lados para encontrar lo que había visto de raro Jenny.
—Tú... ¿habías tenido una cita antes? —me cuestionó mientras masticaba una goma de mascar.
—Nunca, es mi primera vez en una cita —le contesté colocando mis manos sudorosas en mis piernas.
—Es en serio o me estas tomando el pelo. No te creo que sea tu primera cita.
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Nuestro Pequeño... Para Siempre.
RomanceEl creyó que esperarla era lo mejor. Aunque el destino los hubiera a reunir de nuevo, ya nada seria igual, cuando menos el lo espero, todo cambio. Todo empezó cuando tenia nueve años, se enamoro de una chica de su mismo salón, desde ese día ya lo ú...