Sabía que ella mentía y me lo había confirmado. No tenía escapatoria. Mis dudas al fin se habían resuelto, Jessica era Jenny. Al fin, después de tanto tiempo, imaginar que la chica que estaba durmiendo en esa cama era Jenny. Tenía ganas de gritar de euforia, lucia tan diferente pero sabía que era ella.
—Acabas de decir que Jessica ¿jamás te ha hablado de mí y que tampoco me vio hoy? —Le pregunté aturdido con su silencio.
—Escuchaste mal... solo quise decir que... como, así... que no te conocemos mi prima y yo, ok—agrego nerviosamente Alice.
—¡Tú eres Alice Andrews! la pequeña niña que llego de vacaciones cuando Jennifer Ann Stewart tenía nueve años, eres tú, lo cual quiere decir que Jessica es Jenny —le contesté cruzándome de brazos.
—Te equivocas..., eh será mejor que te vayas ya—me dijo empujándome hacia la puerta, fuera de donde dormía el amor de mi vida.
La mire con el cejo entre fruncido, quizás decía cosas estando ebria pero eran demasiadas coincidencias, así que hice lo más astuto que pude haber pensado jamás en mi vida.
—George te ha mandado saludos.
—¿Enserio?, aún sigue en contacto con...
Gire para ver su reacción y ella hizo lo mismo, se cubrió la boca con ambas manos y en ese momento supe que mis sospechas eran ciertas, Jessica era Jennifer definitivamente, no podía haber otra razón, desapareció por ocho años y apareció de nuevo, cambiada de imagen pero no en esencia, se podía haber puesto diferente ropa y pintarse el cabello e incluso usar gafas, pero jamás podría cambiar su mirada dulce y cálida.
—Eh, no conozco a ningún George, así que vete —me contestó con insistencia sacándome de la habitación.
Cerré la puerta antes de que me echara afuera y la confronte.
—Dime que Jessica no es Jennifer.
—No lo es —dijo apartando su vista a un lado.
—Dímelo, viéndome a los ojos —le pedí le agarre el mentón, vi sus ojos color miel llorosos.
—Está bien... tú ganas —me dijo apartándose de mí y se fue hacia la cama donde estaba durmiendo Jessica quien seguía diciendo cosas en voz baja—. Jessica en realidad se llama Jennifer y si, es la niña que tu conociste a los nueve años.
Sorpresivo primer día de universidad pensé, jamás me imagine encontrármela aquí, siempre imagine que algún día la hallaría en un parque lleno de árboles, con niños corriendo por todos lados, un brillante y cálido sol alumbrado el día. Ella de espalda y que al girar yo viera que era ella, correr hacia ella y decirle: <<Te Amo>>.
—¡Sí, lo sabía! —dije esbozando una sonrisa y celebrando en mi interior, solo quería una confirmación para no pensar que yo estaba loco.
—Pero ella ya no es la misma Jennifer que conociste de niños —me interrumpió.
—¿Cómo así? ¿Ya no es la misma? Explícame —le inquirí.
Se levantó y se dirigió hacia mí y con su dedo índice me apunto al pecho.
—Desde que le fallaste... —hizo una pausa—...ella no volvió a ser la misma —me dijo apartándose de mí y se volvió a sentar en la orilla de la cama.
—¿De qué hablas? ¿En qué le falle yo? —Le pregunte mientras veía como Jenny se movía en la cama, parecía incomoda.
—En lo que mandaste a decir con George cuando éramos niños.
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Nuestro Pequeño... Para Siempre.
RomanceEl creyó que esperarla era lo mejor. Aunque el destino los hubiera a reunir de nuevo, ya nada seria igual, cuando menos el lo espero, todo cambio. Todo empezó cuando tenia nueve años, se enamoro de una chica de su mismo salón, desde ese día ya lo ú...