Capítulo 16: Trabajos complicados.

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Akashi llegó a su mansión cruzando el gran comedor mientras se quitaba la chaqueta notablemente enfadado y la tiraba con fuerza contra el blanco sofá del otro extremo de la sala. Aún no podía quitarse de la cabeza cómo el jefe de Aomine le metía mano como quería mientras trabajaba y el muy idiota no decía nada.

Miró en todas direcciones del salón y caminó nervioso tratando de calmarse y no romper absolutamente nada después del cabreo que llevaba por lo que había presenciado esa noche. No podía entender cómo era posible que Aomine se dejase manosear de esa forma por un hombre que podía haber sido hasta su padre. Había momentos en que podía ver al Aomine de siempre, el chico fuerte y orgulloso, aquel del que se enamoró, aquel que se lanzó a una piscina sin agua cuando le robó su primer beso... pero en otros momentos... veía un Aomine sumiso, demasiado dócil y demasiado temeroso de meter la pata, empezaba a creer que ya no conocía al Aomine de siempre.

En ese mismo momento se dio cuenta de cuánto había cambiado su relación desde cuando empezaron a salir hasta ese instante. Se dejó caer en el sofá recostando su espalda contra el respaldo y echando la cabeza hacia atrás tapándose los ojos con su brazo derecho. No quería llorar y trataba de aguantar las lágrimas, pero en aquel instante... tan sólo un recuerdo le venía a la cabeza... la declaración de Aomine.

Flashback

La gente se marchaba del lugar refugiándose en sus negros paraguas, caminaban sobre los charcos alejándose de aquella tumba que acababan de cerrar y sepultar. Akashi se había quedado inmóvil en el lugar junto a su padre, refugiándose bajo el paraguas que Masaomi sujetaba con fuerza como si eso le permitiera seguir allí de pie, como si le diera la fuerza necesaria para seguir.

Akashi aguantó las lágrimas, su padre siempre le había dicho que un Akashi jamás lloraba y menos en público, así que aguantó todo lo que pudo. Masaomi miró hacia la lujosa limusina negra del fondo indicándole a su hijo de diecisiete años que era el momento de marcharse del cementerio y volver a su vida. Akashi ni siquiera sabía si su vida volvería a ser la misma después de aquel suceso, después de perder a su madre, la única persona que siempre le apoyaba y le sonreía en aquella solitaria y fría mansión.

Al levantar la cabeza para querer seguir a su padre, se dio cuenta de que al fondo, tras un árbol, se encontraba uno de sus compañeros de equipo, Aomine. Abrió los ojos al verle pero no pudo acercarse a él, su padre colocó las manos sobre sus hombros y le dirigió hacia la limusina obligándole a entrar en ella.

El luto en la casa no duró mucho tiempo, su padre, para no pensar en el suceso ni darse cuenta de lo solitaria que estaba la casa, había decidido volver a la empresa y seguir trabajando. Quizá era más fácil cuando no tenía que soportar ver aquella soledad, hacer como si nada hubiera ocurrido pero para Akashi, la casa ya no era la misma. Su padre nunca estaba, eso no había cambiado en absoluto, pero ahora tampoco estaba su madre, la casa ya no era fría, se había vuelto un infierno solitario en el que no quería estar. Intentó refugiarse un par de días en el cuarto de su madre, pero su padre no lo consintió, le mandó al instituto para que siguiera con su vida como debería de ser. No era tan fácil para Akashi fingir que nada había cambiado cuando todo su mundo lo había hecho.

En la cancha de baloncesto ni siquiera quería jugar, miraba la pelota en sus manos como si eso fuera a calmar la angustia que llevaba, como si jugar le impidiera llorar, pero era todo lo contrario. Recordaba a su madre cuando iba a ver los partidos, cómo le sonreía y animaba, en aquel momento dejó caer la pelota de sus manos al suelo marchándose de la pista con un lento caminar. Su entrenador le llamó varias veces para que volviera pero no parecía escuchar nada ni a nadie, sólo quería salir de allí. El baloncesto jamás sería lo mismo sin ella allí para observarle mejorar día a día. Su afición a ese deporte se estaba resquebrajando a pasos agigantados.

Baloncesto callejero (Kuroko no Basuke, AkaAo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora