Las gotas caían sobre el líquido del gotero dejando tras ellas un suave pero molesto ruido. Para Akashi era imposible dormir en aquella habitación. Eran casi las doce de la noche y los pasillos estaban desiertos. Tan sólo algunas enfermeras entraban muy de vez en cuando a comprobar el gotero de un dormido Aomine que todavía sufría los efectos de la anestesia.
Mantenía sus manos agarrando la de Aomine, acariciándole con suavidad mientras sus pensamientos se centraban en la conversación que había tenido unas horas antes con el médico de la operación. Él decía que era conveniente dejar a Aomine esa noche en observación para ver cómo reaccionaba tras la operación, pero que a primera hora de la mañana, si no había complicaciones, podría irse a casa ya con el alta médica. Eso no cuadraba en la mente de Akashi y desde luego, se quejó con rapidez pensando que debería permanecer más tiempo allí en el hospital por si acaso, pero el médico sonrió y colocando su mano en el hombro de Akashi, trató de calmarle.
- Señor Akashi – susurró el médico – en estos tiempos las técnicas han cambiado mucho, le aseguro que su prometido está bien. Si no le damos el alta ahora mismo es porque necesitamos comprobar al menos que pasa bien la noche, pero le aseguro que no estará mejor en ningún sitio como en su casa. En una semana nos volveremos a ver para quitarle los puntos. Además... si ocurriera algo, tiene mi tarjeta, venga inmediatamente al hospital.
- ¿En serio no es mejor que se quede unos días en observación?
- Está perfectamente. La operación ha salido muy bien. Créame, estará más a gusto en su casa. Pasaré mañana antes de firmar el alta a echarle un vistazo, pero si todo está bien, podrán irse con total seguridad.
Akashi estaba sumido en aquello, pensando cómo habían cambiado los tiempos cuando sintió que Aomine apretaba levemente su mano. La anestesia empezaba a perder su efecto y pese a que cabeceaba un poco todavía con los ojos cerrados, trataba de despertarse. Tardó varios minutos en despertarse, pero cuando consiguió darse cuenta de que estaba en el hospital y Seijuuro a su lado, sonrió.
- Buenos días – sonrió Akashi – menuda siesta te has echado.
- Deja de bromear. ¿Qué hora es?
- Las doce y media de la noche, creo que deberías volver a dormirte – sonrió Seijuuro.
- No bromees conmigo recién despertado – sonrió Aomine – no podría dormirme ahora... otra vez. Además... esta cama es muy incómoda.
- Pues tengo buenas noticias para eso... mañana te dan el alta, volverás a tu cómoda cama... para mi desgracia.
- ¿No me digas que querías que me quedase más tiempo? – preguntó Aomine con una gran sonrisa.
- Estaba preocupado – comentó Akashi con un semblante serio que hizo reír aún más a Aomine.
- Por favor, Akashi... las operaciones de ahora ya no son como las de antes. Estoy bien.
- Porque estás medicado y no te duele.
- Me darán medicación para estos días y es mejor en casa, quiero estar con mi hijo y no aquí en un hospital. ¿Qué haría aquí solo cuando tú te fueras a entrenar? Qué aburrimiento. Al menos en casa puedo hacer lo que quiera.
- Lo que quieras no, lo que te permitan las muletas – le aclaró Akashi señalándole con la cabeza las muletas que había dejado apoyadas en la pared.
- Ey – le llamó Aomine aún sonriendo pero agachando un poco la mirada – yo...
- Yo te quiero más – le aclaró Akashi sonriendo, dando por entendido lo que quería decirle su chico y no se atrevía por la vergüenza – hazme un hueco, anda, que yo sí tengo sueño.
ESTÁS LEYENDO
Baloncesto callejero (Kuroko no Basuke, AkaAo)
FanficHistoria escrita por dos autoras: Kaoru Himura y Fullbuster. Resumen: Aomine y Akashi tienen una relación desde el instituto pero cuando terminan la universidad, deciden optar a una plaza para un equipo de baloncesto profesional. Akashi, motivado po...