Capítulo 11: Alianza

944 89 6
                                    

Masaomi le había proporcionado a su secretaria el número de teléfono de Takumi que venía en el informe de Kurata y le había ordenado que concertase una cita con el jefe de Aomine. Quizás cuando ese hombre escuchase que el mismísimo líder de la familia Akashi quería reunirse con él, aceptaría acudir sin pensárselo dos veces. Como hombre de negocios, conocería el poder y la influencia que tenía alguien del calibre de Masaomi y sabría que le convenía reunirse con él pero, por si acaso era un insensato que pretendía rechazarle, la secretaria de Masaomi había recibido también la orden de comunicarle que el señor Akashi tenía una propuesta de negocios que podría resultarle interesante.

Al caer la noche, Masaomi salió de su mansión con su elegante traje Brioni y se metió dentro del coche cuando su chófer le abrió la puerta. Una vez el conductor estuvo tras el volante, le ordenó que le llevara de nuevo al hotel Kaijo. Era la segunda vez en el mismo día que iba a ese lugar aunque esta vez no iba a subir a una de las habitaciones para disfrutar de compañía femenina. El restaurante del hotel era el lugar acordado para la reunión con Takumi.

Al llegar al hotel, fue directo al bar. Allí, un camarero le reconoció enseguida y le informó que su acompañante ya había llegado y le estaba esperando. El camarero le acompañó hasta la mesa que solían reservarle, la cual se hallaba en un rincón apartado del resto de comensales para evitar miradas indiscretas. Pese a ello, era un rincón agradable con un espacio amplio y tenía una vista impresionante del jardín interior del hotel.

Takumi se levantó cuando vio aproximarse a Masaomi e hizo una gran reverencia cuando estuvo frente a él mientras que el dueño del imperio de los Akashi se inclinó levemente. Masaomi fue el primer en tomar asiento y el otro hombre lo hizo tras él.

- Usted debe de ser el señor Kurata Touya, soy Akashi Masaomi – inició la conversación presentándose – aunque supongo que eso ya lo sabrá.

- Sí, señor, creo que no hay nadie en el país o incluso en el mundo que no sepa quién es usted. Debo admitir que me sorprendió recibir la llamada de su secretaria concertando una cita, no todos los días pasa algo así y supongo que normalmente debe suceder al revés, llamarán a su oficina para poder hablar con usted – le respondió un poco nervioso - Es todo un honor que alguien tan importante y ocupado como usted se interese en alguien como yo y haya sacado un poco de tiempo de su apretada agenda para hablar conmigo – comentó emocionado.

- No se menosprecie, usted también es un importante empresario es esta ciudad - le aduló.

Masaomi trataba de simpatizar con el otro hombre para poder ganarse su favor y así manipularle con mayor facilidad cuando le propusiera su oferta aunque podía notarse en sus palabras y en su actitud que no le consideraba su igual y remarcaba la diferencia abismal que había entre ellos dos.

- Gracias, aunque claramente no estoy a su altura. Ni siquiera creí posible que alguien de su nivel supiera de mi insignificante existencia ni que pudiera estar interesado en patrocinar mi equipo de slamball – le dijo creyendo que ése era el motivo por el que el hombre sentado frente a él había concertado esa reunión.

- En realidad el negocio que quería discutir con usted no tiene nada que ver con ese... deporte.

Takumi notó el titubeo y supuso que el slamball no le agradaba pero no quiso contestarle por temor a ofender a alguien con tanto poder.

- Entonces, ¿le interesa invertir en uno de mis bares? - le preguntó.

- No, ése tampoco...

No pudo terminar la frase, en ese instante llegó el camarero y prefirió guardar silencio hasta que se marchase. El trabajador del hotel dejó un vaso con whisky frente a Masaomi, era su pedido habitual y no hizo falta que ni él mismo se lo ordenase. Tras dejar el vaso, se fue a atender a otros clientes.

Baloncesto callejero (Kuroko no Basuke, AkaAo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora