Capítulo 24: Paternidad

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Akashi permaneció unos minutos más en la misma posición, sentado en el suelo con la espalda pegada a la puerta de madera. Se sentía sobrepasado por todo lo que había pasado y descubierto en las últimas horas, necesitaba un momento para tratar de procesar y asimilar tantas noticias pero el dolor de cabeza que tenía por culpa de la resaca no le ayudaba a lograrlo para nada. Tuvo que cerrar los ojos e inclinar la cabeza hacia atrás cuando las náuseas regresaron, logrando que se arrepintiera mucho de emborracharse por primera vez y estar experimentando su primera resaca por culpa de ello. Se había dejado llevar la noche anterior por culpa del dolor, no había sido capaz de mantener la calma y razonar que bebiendo no iba a salir nada bueno y así había sido. Al menos ahora sabía cómo podía llegar a comportase cuando bebía más de la cuenta.

El estómago se le revolvió, pero no estaba seguro de si era solamente por los efectos del alcohol que había estado, y posiblemente aún siguiera en su organismo, o por el miedo a perder a Aomine y a Daisuke. No quería que eso pasara pero no sabía qué hacer para impedirlo, tampoco es que tuviese ningún derecho a pedirle a Aomine que no se casara si así lo deseaba y menos tras la forma en que le había tratado las últimas veces que le había visto. Aún le amaba y no quería ver que se casaba con otra persona, no quería dejar que Takumi se lo arrebatara pero, por ahora, no había nada que pudiera hacer para impedir que esa boda se llevara a cabo.

Lo que más le preocupaba a Akashi era que Aomine desapareciera con Daisuke tras casarse. Su hijo jamás llegaría a conocer la verdad, nunca sabría que él era su padre aunque no hubiese podido ejercer como tal, y él no podría pasar tiempo a su lado y conocerle. Apretó fuertemente la mandíbula y los puños por la impotencia de que algo así pudiera ocurrir, de pensar que ni siquiera después de enterarse que tenía un hijo, iba a poder estar con él. Eso era algo que no estaba dispuesto a dejar que sucediera, quizás no podía evitar que Aomine se casara con otro hombre, pero sí podía impedir que su hijo quedara a oscuras sobre cuál era su verdadera relación con él.

No perdió ni un segundo y se levantó del suelo pese al mareo que se apoderó de él por hacerlo tan rápido. Se fue hasta la ducha, necesitaba asearse y quitarse la peste a alcohol impregnado en su cuerpo, también esperaba que el agua lograra espabilarle. En cuanto estuvo limpio y vestido, fue hasta la cocina para preparase un café que le ayudara con la resaca que llevaba encima. No tardó ni cinco minutos en bebérselo y marcharse de allí, no sin antes guardarse un par de aspirinas en el bolsillo para el dolor de cabeza y meterse un chicle de menta en la boca para eliminarle el aliento a café. Quería estar presentable y dar una buena impresión para lo que tenía en mente. Tras coger lo que necesitaba, salió de la propiedad subido en su Aston Martin y se dirigió a la ciudad.

Mientras tanto, en casa de Aomine, Daisuke había regresado a su habitación después de que Masaomi le dejase frente al bloque de apartamentos donde vivía. El niño subió por la escalera de incendios hasta su cuarto para evitar que su padre se enterase que se había escapado, aunque tenía un problema que podía ponerle en un aprieto y era el gato. No podía aparecer como si nada con un animal si se suponía que había estado todo el rato encerrado en su dormitorio. Debía ocultarle a su padre la existencia de la mascota por lo menos hasta que simulase salir a la calle y pudiera decirle que lo había encontrado ahí. Pero la suerte no iba a estar de su parte.

Aomine estaba en su habitación pensando en la pelea que había tenido con su hijo cuando creyó escuchar el maullido de un gato provenir de la habitación de Daisuke. Se quedó en silencio afinando el oído intentando captar el mismo sonido, pero sólo escuchó su propia respiración por lo que sacudió la cabeza pensando que sólo había sido su imaginación. De repente, volvió a oírlo con más intensidad, así que se levantó con lentitud de la cama y cruzó el pasillo hasta la puerta cerrada que estaba enfrente de la suya.

Baloncesto callejero (Kuroko no Basuke, AkaAo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora