Capitulo 5

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Frente a mi estuvo un cuerpo pálido, cabello castaño corto con muchas canas, descuidada y con arrugas en su cara. Muerta. Ella estuvo frente a mis ojos, acostada en una mesa metálica en un cuarto frío de la morgue.

Frente a ella ninguna lágrima salió. La mire y en mi mente aparecieron un montón de preguntas cuya respuesta no obtendría. La mujer quien me dio la vida y años después me abandonó, alejándome de mí hermano mayor, la mujer que no tuvo remordimientos en dejarme botada en un callejón e irse corriendo. Ella no tuvo corazón en abandonarme con sólo 10 años, pero yo, aunque debería ser lo contrario, yo no era tan inhumana como para hacerme la vista gorda con respecto a su muerte.

La observé un rato más, como tratando de grabar sus rasgos y poder compararlos con los últimos recuerdos que tenía de ella. Le coloqué la sábana blanca, que le cubrió la cara y el cuerpo completo, salí de ese espeluznante cuarto frío y me dirigí a la recepción donde firmé los papeles de reconocimiento de cadáver y estipulando que me haría cargo del cuerpo.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó Matthew tocando mi hombro mientras leía los papeles de responsabilidad

- Estoy bien - me giré y lo miré a los ojos - Gracias por todo.

Traté de darles una sonrisa de agradecimiento, pero sé que pareció un intento de mueca de mi cara, supe que me encontraba en un estado deplorable, mi camisa tenia manchas de rímel a lo largo del escote y cuello y ni hablar de mi cara pues supe que estaba hinchada y vuelta nada. Miserable, destruida y deplorable eran los adjetivos que más describían mi estado físico y emocional en esos momentos.
Desvíe mi mirada y detrás de Matthew, cerca de un expendedor de agua, se encontraba mi otro jefe mientras me miraba, lo observé un rato y decidí agradecerle también.

- Muchas gracias a los dos, sé que están ocupados y los estoy molestando al haberlos hecho venir conmigo, por eso también pido disculpas - les hablé a ambos
- No es nada Katherine, lo hacemos por voluntad propia, no podíamos dejarte en ese estado - Matthew se acercó y me rozó la mejilla con el dorso de su mano - ¿Cierto Aaron? - aunque era agradable su roce decidí separarme.
- Cierto - contestó Aaron - Así que no se disculpe Srta. Katherine.

Salimos de la morgue después de dejar todos los papeles en orden y dejé estipulado los tramites del funeral; nos dirigíamos al carro cuando recibí una llamada de mi madre, esperé llegar al auto para contestarle por lo que se acumularon 3 llamadas.

- Hola madre - la saludé tratando de sonar lo más normal posible, al contestarle vi como en el auto dos pares de ojos se posaron sobre mi reflejando confusión.

- ¿Que sucedió? Un oficial de la policía llamó preguntando por ti - preguntó mi madre preocupada

- Me llamaron a que viniera a reconocer un cuerpo a la morgue...-

- ¡Santo cielo! ¡Dios Bendito! - me interrumpió - ¿El cuerpo de quién? - preguntó

- De la mujer que me dio la vida - dije aguantando las lágrimas - Sufrió un paro cardíaco en el jardín de su casa y antes de morir pidió que me llamaran - respondí con voz rota.

En un momento se escuchó un silencio sepulcral al otro lado de la línea y al terminar de hablar mis lágrimas comenzaron a salir y Aaron fue quien se acercó y me ofreció sus brazos para que pudiera refugiarme en ellos. En silencio me acunó mientras esperé que mi madre respondiera.

- Mi pequeña, me imagino como debes de sentir tu corazón en estos momentos, como quisiera estar contigo ahí. - se escuchó los sollozos de mi madre - ¿Con quién estas? ¿Necesitas que este allá? - lloré un poco más y escuché como la voz de mi padre un poco lejos le preguntaba que sucedía y ella le contaba. Espere que terminara para responderle, mientras, Aaron acarició mi cabello mientras miré por el ventanal.

Nuestra para amar. (Nuestra Ángel Nuestra Diabla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora