Capitulo 9

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Maldita Sea. Iba a comprarle un regalo y no cualquier regalo, a la posible novia, ligue, follón, amor, tesoro o lo que sea de mi jefe.

Después de que sin querer se coló por el intercomunicador la conversación que los hermanos tenían acerca de mí en su oficina, no pude evitar que las palabras que dijo Aaron me dolieran; a pesar de no haber dicho nada malo, solo simplemente la verdad, me quedo muy claro que para mi jefe solo soy su asistente personal, y para Matthew un coño delicioso. Pero ¿Que esperaba?, ayer después de salir con uno de mis jefes termine acostándome con él, no es que me hubiese jurado amor eterno, pero con esa expresión me sentía igualada a una zorra.

Desde la noche anterior tenía un dolor de cabeza que no me dejaba pensar con tranquilidad, en estos momentos cualquier sonido me molesta y hace que mi cabeza quiera explotar más; me encontraba cansaba y bastante molesta para ser sincera, el dolor de cabeza y los pensamientos que pasaban por mi cabeza sobre la situación de mi madre biológica, mi hermano y por supuesto la actual situación con mis jefes no ayudaban a mermar el dolor.

Tome mi bolso de mi asiento y me dirigí hasta el ascensor para ir a la planta principal y tomar un taxi hasta los grandes almacenes de la ciudad de nueva York. Sonó mi celular, era un mensaje.

De: Matthew
¿Estas ocupada pequeña?

Dude en contestarle, era un nuevo día y aún me cuestionaba acerca de mi comportamiento. Amaba mi trabajo y quería conservarlo y lo que menos quería era que se crearan malos entendidos, bien entendidos en este caso y comentarios por toda la empresa. Pero por otro lado, deseaba a mi jefe y que él me estuviera hablando debía de ser buena señal. Aunque me hirió un poco lo que le dijo a su hermano le conteste.

"Voy saliendo de la oficina a comprar unas cosas que me ordeno tu hermano. Hablamos después"

Esperaba que en ese corto mensaje, pudiera demostrar que no estaba precisamente contenta y esperaba que con la salida de Matthew del país me sirviera para serenar un poco la mente después de tantas emociones que al parecer no tendrían fin.

15 minutos de trayecto y estuve en uno de los primeros almacenes, definitivamente un coche es una necesidad, entre a una de las tiendas y nada me gustaba y tras de todos los precios tan altos no eran merecedores de semejantes diseños y tipos de tela o más bien los diseños y las telas no merecían ese precio.
Por casi una hora y media estuve caminando por todos los almacén para encontrar un vestido y zapatos a juego pero nada me convencía. Como último recurso y para no volverme loca decidí llamar a Andrea para que viniera a ayudarme; solo con mencionarle que estaba de compras me aseguro que estaría en menos de lo que canta un gallo junto a mí.

Media hora después y un Subway de atún, Andrea apareció en donde estaba sentanda esperando que se asentara en mi estómago lo que acababa de comer.

- ¿A que debemos la ocasión de salir de compras en día y horario laboral? - pregunto emocionada

- Petición de mi jefe, quiere que consiga un vestido y zapatos a juego para un evento. - le respondió sin mucho animo

- Entonces... ¿Tu jefe tiene...? - dejo el interrogante sin completar

- No lo sé y tampoco es que me tenga que interesar, para mi jefe esta más que claro que solo soy su asistente personal y nada más y de ahora en adelante debo de grabarme eso en la mente y para su hermano solo soy un coño delicioso - al levantar la mirada vi la cara de asombro de mi amiga

- ¿Porque de repente...? - le interrumpí

- Palabras que salieron de mis jefes, el intercomunicador estaba encendido y escuche la conversación entre ellos y eso fue lo que dijeron, así que si quiero seguir viendo a Matthew tendré que dejar mis sentimientos en un Baúl y enterrarlos bajo tierra y con mi jefe solamente actuar como una simple asiste; dejando aquello claro es hora de colocarse en marcha con la compra de ese maldito vestido y zapatos a juego - dije levantándome esperando que Andrea hiciera lo mismo

Nuestra para amar. (Nuestra Ángel Nuestra Diabla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora