Capitulo 4

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Pasó una semana completa sin comportamientos "extraños" de parte de mis jefes.

Después de la cena en casa de Aaron, nuestra "relación" volvió a hacer lo más profesional posible, solo acataba la ordenes que me daban y seguía con mi trabajo; Matthew entraba junto a su hermano cada mañana y salía al medio día sin siquiera una palabra y no regresaba más. Ambos, juntos, a la vez volvieron a ser cabrones. Aunque Aaron lo era todo el tiempo.

El día en que mi amiga llegó al país, me preocupé de sobremanera por su estado de ánimo; la última vez que estuvo mal por un hombre las cosas no terminaron muy bien. Ambas y más yo, solo por el deseo de ayudarla a salir de esa estúpida depresión, terminé en un hospital con una contusión cerebral y casi un coma etílico. Andrea, la muy maldita me convenció de que la única forma efectiva para que olvidara a Ethan era yendo a un bar y emborracharse hasta perder la conciencia. Luego de muchos tragos de tequila, vodka y otra cosa que la verdad no recuerdo, termine con una contusión cerebral por caer después de querer montarme en una de las mesas y bailar como desquiciada, todo por el efecto del alcohol, además de una intoxicación que casi me lleva al coma etílico, nunca he sido buena tomadora; fue el dia de su llegada y fui a recogerla al aeropuerto esperando poder salir ilesa de una depresión post ruptura.

Dejé mi puesto en la empresa, con el debido permiso y me llevó dos horas y media esperar a que aterrizara el maldito avión que estuvo atrasado por mal tiempo. Levanté mi cabeza ya que la tuve enterrada prácticamente en mis rodillas y dirigí mi mirada hasta el pasillo de las llegadas internacionales notando como vinó mirando de un lado a otro una mujer de estatura promedio, tez trigueña y cabello castaño con rayos color rubio, nariz fileña, ojos sonrientes y contextura entre delgada y gruesa vestida con un vestido un poco holgado color negro con mangas hasta los codos y unos botines de tacón rojo.

- ¡Andrea! - me levanté de un salto de la silla y corrí, literalmente, hasta donde ella se encontraba.

- ¡Kathe! - se lanzó hacia a mí en un abrazo de oso - Te extrañe amiga, no sabes cuánto - me apretó un poco más.

- Lo se amiga... lo puedo notar - dije - Me estas asfixiando - dije perdiendo el poco de aire que quedaba en los pulmones. Se separó.

- Lo siento - río - Por favor larguémonos de aquí, tenemos mucho de lo que hablar.

- Lo se amiga, pero ahora tengo que regresar a mi trabajo... te dejare en mi apartamento y yo más tarde te caigo allá - le dije caminando hacia la salida

- Esta bien - me hizo puchero e hizo que riera.

20 minutos después íbamos en el taxi rumbo a mi departamento y Andrea no paró de contarme sobre cómo era París y porque deberíamos de ir a visitarlo. Me distrajo y admití que la extrañe demasiado.

Una vibración en mi bolso hizo que cayera en cuenta que sólo tenía permiso de una hora para salir del trabajo. <<Maldita sea la lié>>
Saqué lo más rápido posible el celular de mi bolso y note que tenía 25 llamadas pérdidas de mis jefes, 15 de Aaron y 10 de Mathew. Recé a todas las almas del purgatorio, paraíso, limbo y hasta del mismísimo infierno para que no me despidieran por mi brutalidad.

8 minutos con 15 segundos despues, no despegue los ojos del reloj, llegue a la oficina y me coloque en mi puesto. Todo estaba en un silencio sepulcral. Rato después dos secretarías de la parte financiera salieron de la oficina de mis jefes. Me miraron y noté que salían pálidas y agitadas.

- Nuestro más sentido pésame - me susurran con pena. Mierda.

Me armé de valor y me dirigí hasta la oficina de mis jefes, di 3 golpes en la puerta y esperé que me permitieran entrar.

Nuestra para amar. (Nuestra Ángel Nuestra Diabla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora