"Lunes por la tarde, toda mi familia estaba llorando, todos excepto yo, no me gustaba que me vieran llorar, todo el mundo estaba de negro en el cementerio, era otoño mi estación favorita, pero a partir de éste día, se convirtió en la estación más gris, mis padres y mi hermano han muerto, mi abuela se haría cargo de mí, ya que nadie más puede, yo veía como mi tío Agustín lloraba, él nunca le demostró aprecio a mi madre que era su hermana, es más, siempre nos trajo problemas, es un cretino con todos, no sé si odio es lo que sentía por él, pero de el hecho de que no lo quería era cierto. Me parecía raro, pero, era su hermana, como no llorar...
Después que terminara el velorio todos se fueron, todos menos yo, mi abuela se acercó y preguntó
-¿Vamos Alex?
-No abuela, yo me quedo acá, después voy a tu casa, ¿sí?- la casa de mi abuela quedaba cerca del cementerio, así que no podía perderme, además traía conmigo mi longboard, amaba andar en él con todo mi ser, pero ese es un tema que después voy a tocar
-Está bien ¿tienes las llaves por las dudas?
-Si abuela- toqué mi bolsillo para comprobarle que si las tenía
-Ok- me dijo- Me llamas cuando vayas para casa ¿Si? Tenemos mucho que hacer
-Está bien abuela, gracias - Me dirigió una sonrisa, triste, penosa, como si me tuviera lástima, pude ver como ella se subía a su auto y en cuestión de segundos estaba sola, me quede allí, sin nadie, sin nadie quien me mirara y molestara, me gustaba mi soledad, de verdad la disfrutaba. Me senté arriba del longboard y me puse a pensar... Era una chica de tan solo 14 años, estaba huérfana... Una enorme tristeza de apoderó de mí, no pude evitar el llorar...
*3 días antes...*
Me levanté a las 7:00 am como todos los días para ir al colegio, entraba a las 7:40 am, el día anterior me había peleado con mis amigas. No tenía esperanzas para ese día. Cuando entré al aula todas las chicas me miraban con muy mala cara, me sentía destruida, desolada; me senté en el banco y note que Sofía, la chica que se sentaba al lado mío, se sentó en otro lugar; acomodé la mochila en el respaldo de la silla y acosté mi cabeza y brazos arriba del banco, de verdad me sentía muy apenada. Cuando vino Martina, la chica la cual me odia, se acercó a mi banco y me dijo
-¿Qué? ¿La nena está sola?- usó un tono de burla que me sacó de quicio, sin embargo no tenía ganas de pelear, así que sólo me limité a mirarla. En los recreos me la pasé completamente sola, pero como dije anteriormente, disfrutaba de estar sola. Volví a mi casa a las 12:15 y otra vez mis padres peleando, caminé lo más rápido posible hacia mi cuarto para no escucharlos, la verdad no me molestaba que se peleen, lo que me molestaba es que no se separen y se peleen constantemente, o por esto o por aquello, eso me enojaba. Cuando llegué a mi cuarto rápidamente me cambié, saqué de mi cajón los auriculares y mi iPod, puse a todo volumen la música para ya no escucharlos, dejaron de pelear y sin comer me dormí, no tenía ningún tipo de interés ingerir siquiera un poco de comida.
Cuando me desperté, miré la hora, eran las 6:15 pm
-Wow... Sí que dormí - Me dije estirándome, bostezando y refregándome los ojos, necesitaba una siesta después de todo, si hay algo que amaba en ésta vida era dormir, sinceramente lo encontraba muy placentero, y además era un gran escape de todo, disfrutaba dormir.
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Más allá del dolor.
Teen FictionA lo largo de mi vida tuve que transitar demasiadas cosas verdaderamente dolorosas, pero siempre mantuve la esperanza de que algún día todo mejore, y justo cuando empezaba a creer que ese momento llegó, me vi enfrentada en una horrible situación: ha...