XVI.

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Justin:

Hola, de nuevo. Mhmm, estoy un poco nervioso porque acabo de leer el decimosexto mensaje que me enviaste y siento como si todo eso fuese real, ya sabes, como si me lo estuvieses diciendo en estos precisos momentos. Cada palabra demuestra enojo y dolor, y lo entiendo perfectamente porque te volví a fallar. Ese día no te llamé, no aparecí en tu fiesta de celebración, ni te envié un mensaje. Comprendo que estuvieses tan enojada conmigo, yo también lo estaba conmigo mismo. ¿Cómo pude ser tan orgulloso? No lo sé. A sinceridad, no todo se trató de mi orgullo... Yo tenía miedo. Miedo al rechazo. Y no podía superarlo, maldición. Cerraba los ojos y sentía tus labios sobre los míos y era el mismísimo paraíso. ¿Que si me afectaba? Me movía hasta el piso el simple hecho de revivir aquel momento.

Aún puedo recordar el sabor de tus labios y cómo nuestras bocas se movían al mismo compás.

Nos dijimos cosas que nunca imaginé que diríamos. Y no fueron cosas muy bonitas que digamos. Perdimos la oportunidad de decirnos que no sólo era un amor de «hermanos», que se trataba de algo más. Algo mucho más fuerte que nosotros. Sí, tal vez hubiésemos acabado con nuestra amistad pero habríamos pasado a otro nivel. Ah y eso que escribiste es muy cierto. Jamás encontraré una persona tan fiel, tan honesta, tan comprensiva, tan hermosa por dentro y por fuera como tú. ¿Sabes? Muchos volvieron a abandonarme cuando prometieron estar ahí siempre que lo necesitara. Supongo que se cansaron de mí.

Ahora más que nunca necesito que estés aquí conmigo, porque siento que en cualquier momento... desfalleceré.

Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento tanto... Siento haberte abandonado, siento haberte dejado sola. Lo siento por romper mis promesas. Lo siento y lo sentiré hasta mi último aliento. Lo siento por abandonarte y no estar ahí contigo como prometí hacerlo. Pero tú tampoco cumpliste. Me dejaste completamente solo y abandonado como a un niño pequeño en este mundo tan cruel. Tenías que luchar un poco más, tú podías porque eras muy fuerte. Siempre fuiste más fuerte que yo.

Eché a perder nuestra amistad, pero esa estupidez, como tú la llamabas, significó todo para mí. Y acabas de romperme el corazón. Nunca sentiste nada por mí, sólo me querías como se quiere a un mejor amigo. Lo dejaste bastante claro...

Me importó más de lo que debería.

Yo te espero todas las noches y nunca llegas.

Aún espero que mi celular suene y seas tú...

Créeme... Ese día ya llegó. Todos los días me arrepiento de todo el daño que te causé. Me arrepiento y tú no estás aquí cuando quiero que regreses.

Texteame hoy o mañana, te extraño. Yo también tendré que decirte adiós algún día, pero no estoy listo para dejarte ir y pasar de página. Simplemente no lo estoy.

Text me, I miss youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora