XX.

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Justin:

Acabo de caer en cuenta que hoy es veintitrés de diciembre del año dos mil dieciséis. El tiempo ha pasado bastante rápido y yo no me he dado cuenta, para mí, es lo mismo... Siento que el tiempo pasa demasiado lento y mi sufrimiento aumenta día a día. Falta poco para que llegue Navidad y no sé qué haré porque se supone que esas fechas son felices y alegres, y yo probablemente me la pase llorando en un rincón de la casa. Quizás esté con mi papá y mis hermanos o mamá y mis abuelos, no estoy seguro. Leer el mensaje que me enviaste el año pasado, antes de Navidad, ha roto por completo mi corazón. No sé si se pueda romper más, pero estoy peor y peor...

¿Cómo sobrevivir a tanto dolor?

Ni siquiera te importó que ya no habláramos, me enviaste un regalo de navidad y me pediste que te enviara un jodido mensaje o que pasara Año Nuevo contigo, y no lo hice. Fui tan estúpido que ni te compré un libro. Absolutamente nada. Vale, no todo fue mi culpa ya que estos últimos mensajes no los había leído pues había cambiado de celular, de lo contrario, quizás todo hubiese sido muy diferente. Hubiésemos pasado el mejor Año Nuevo juntos... ¿Puedo matarme ahora? Es justo. Y si me hubiese despedido, no habría aguantado las ganas de decirte lo que sentía por ti para que te quedaras un poco más.

Pero no lo hice.

Bien... Me tomaré un respiro porque no quiero llorar de nuevo. Sí, Loreley. Recuerdo cuando te llevé al zoológico y le di tu helado al mono, era tan adorable que pensé que quería tu helado y se lo di sin tu permiso. Confieso que también lo hice para molestarte ya que amaba verte enojada por tonterías, te veías tan sexy y adorable. No me pegaste o me gritaste que era un idiota porque estábamos en público y todos nos estaban mirando.

Es mentira, no me odiaste en ese momento ni en ningún otro. Nunca pudiste hacerlo, a pesar de todo lo que te hice sufrir. A quienes sí detestabas era a los paparazzis tanto como yo. 

Que recuerdos aquellos...

Si ahora mismo me pidieras que te comprara ese sándwich en Subway, lo haría sin dudarlo dos veces. Sólo para verte en pijamas, con el pelo despeinado y recién levantada. Me sentaría a desayunar contigo y te robaría un poco de tu malteada de vainilla, y cuando me miraras mal, besaría tu mejilla y te diría que te ves hermosa sólo para verte sonreír con las mejillas ligeramente sonrojadas.

Texteame pronto que te extraño demasiado, como todos los días. Si has leído este mensaje, ¡llámame! Necesito escuchar tu voz. Y si lo haces, te amaré mucho más de lo que ya te amo si es que eso es posible.

Posdata: Dejaré de usar esa gorra cuanso tú aparezcas en la puerta de mi casa y me digas que todo esto fue una horrible pesadilla.

Text me, I miss youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora