XVII.

735 126 12
                                    

Justin:

Creo que este fue el mensaje más cortante que me enviaste. En aquel tiempo no me habías escrito desde hacía dos semanas y unos cuantos días. Ya se te había pasado el enojo. No solías enojarte conmigo por mucho tiempo, al final siempre nos reconciliábamos. Esta vez no pasó. Hasta me escribiste que no me reclamarías nada, que no te meterías en mis asuntos y que no me pedirías nada. Por un momento, creí que estabas bromeando... Y no fue así. Dejaste de darle importancia a todo lo que yo hacía. Confieso que eso me rompe un poco el corazón. A pesar de que muchas veces deseé que no te metieras en ciertos asuntos, ahora sólo quiero que estés en cada aspecto de mi vida.

Te doy el derecho de meterte en mis asuntos y en mi vida personal, sólo regresa.

Por favor, no me dejes ir. Quédate. Sólo quédate conmigo. Te pido que te quedes a mi lado por el resto de mi vida, pero quédate. Ayúdame a estar mejor, tú me sacas de la depresión Y te necesito para volver a dormir. Es tan amargo, tan dulce. Tú y yo hacemos bang, bang, bang. Lo sé, algunas de estas palabras las saqué de una de tus canciones favoritas. Recuerdo que la escuchabas todos los días y me la cantabas al oído, en la parte que dice: «Pudiste elegir a cualquiera, pero me elegiste a mí».

Sí, te elegí a ti por encima de todo y todos.

Y tú me elegiste a mí.

Es todo lo que tengo que decir.

Texteame cuando quieras... No hay prisa. Te adoro.

Text me, I miss youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora